Desde hace muchos años, tanto en los deportes profesionales como de aficionados, las trampas y diversos delitos que rompen la ética deportiva, han estado a la luz del día.
El escándalo de dopaje estatal ruso que dejó excluidos a los atletas de ese país de competencias internacionales, ha sido una de las grandes vergüenzas del deporte amateur.
La gran industria del deporte, que pone a circular una incalculable cantidad de dinero en el planeta, ha traído consigo grandes mafias, no solamente del ámbito del deporte, sino también empresarial. La fecha del 2015 es inolvidable, pues la fiscalía de los Estados Unidos ordenó la captura de nueve dirigentes de la FIFA y algunos empresarios, acusados de soborno entre otros cargos.
La falsedad documental es otro de los delitos más comunes en el deporte. Recientemente, el turno le tocó a la República Dominicana con el caso del atleta Luguelín Santos, quien se encuentra suspendido e investigado por falsificación de documentos. El doble medallista olímpico nació el 12 de noviembre de 1992 y no el 12 de noviembre de 1993 como dice su pasaporte.
Nuestro Luguelín indicó que era muy joven cuando se produjo la alteración de sus documentos y que los encargados de su carrera, hicieron el papeleo, entiéndase, el fraude.
Manifestó, además, que informó inmediatamente al Comité Olímpico Dominicano y a la Federación de Atletismo todo lo relativo a su caso.
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El Comité Olímpico Dominicano ha sido coherente en nunca asumir sus responsabilidades cuando acontecen casos de envergadura.
Ya es una tradición, que sean las federaciones internacionales o los tribunales de la República Dominicana, que suplan su incompetencia, como parece que ocurrirá con la federación de Esgrima y Surfing que aún y teniendo pruebas de sobra sobre violaciones cometidas, se mantienen como el avestruz, con ‘’la cabeza metida en la arena.»
No hay duda, Luguelin tuvo sus encubridores y por regla elemental, las sanciones deben llegar a esas personas cuando se establezcan responsabilidades. Me comuniqué con Garibaldy Bautista, presidente del Comité Olímpico Dominicano y me dijo textualmente:’’ El COD, ni en la administración de Collin, ni de Luisin, ni en la nuestra, ha recibido ninguna documentación, ninguna información con relación al tema de Luguelin.
Luguelin Conversó el tema conmigo, pero no tenemos ningún documento oficial, ninguna comunicación, ni esta ni la administración pasada, por consiguiente, solo tenemos lo que ha salido en la prensa y posterior a eso, conversé con Luguelin para que me enterara del caso.
Eso es una opinión de Luguelin de que el COD estaba enterado. El COD oficialmente no tiene ninguna comunicación, ni correo, nada que diga del caso de Luguelin.’’
Sea usted el jurado.
Por: Ramón Rodríguez
centrodeidiomaswashington@gmail.com