Rafael Ávila, uno de los hombres que mayores aportes han hecho al béisbol en República Dominicana, falleció ayer lunes en la ciudad de Miami a la edad de 92 años.
Nativo de Camaguey, Cuba, llegó al país en el 1970 como escucha de los Dodgers de Los Ángeles y fue tal su identificación que se consideraba dominicano.
“Nací en Cuba y soy ciudadano de Estados Unidos. Pero en el fondo de mi corazón soy dominicano”, solía decir Ávila en círculos de amigos y también cuando era entrevistado por cualquier medio.
Este legendario hombre de béisbol padecía de Alzheimer desde hace unos años y residía en Pembroke Pines, en las afueras de Miami, Florida.
Le sobreviven su esposa Gloria y sus hijos Rafael y Alberto (Chungo). Este último fue pelotero profesional y gerente de los Tigres de Detroit por espacio de 6 años, hasta el año pasado.
Ávila fue gerente y mánager interino de los Tigres del Licey, organización en la que cosechó una gran amistad con su emblemático presidente Domingo Ernesto Pichardo (Monchín). La tríada la completaba Tom Lassorda, quien en dos ocasiones dirigió al conjunto azul.
Esas relaciones con Pichardo y Lassorda, una figura de gran peso en los Esquivadores, posibilitó que Steve Garvey, Bill Russell, Orel Hershisher y Bobby Valentine, para solo citar algunos de los grandes prospectos de la franquicia, reforzaran a ese club en las décadas del 70 y 80.
No obstante, su gran su gran obra lo fue, indudablemente, la Academia de Béisbol Campo Las Palmas, en el municipio de Guerra, la primera de Grandes Ligas en el país, construida en 1987 con el apoyo de su amigo Peter O´Malley, el entonces dueño de los Dodgers.
De ese laboratorio, asistido por Elvio Jiménez, Pablo Peguero, Eleodoro Arias y Luis Ángel Montalvo, entre otros calificados hombres de béisbol, salieron los lanzadores Ramón y Pedro Martínez, Pedro Julio
Astacio, Juan Guzmán, Alejandro Peña, Bálbino Gálvez, Félix Rodríguez, José Parra.
También, los jardineros Raúl Mondesí, José Rafael González y Braulio Castillo; los infielders José Offerman, José Vizcaíno, Rafael Bournigal, Roberto Mejía y Manny Francois, así como el receptor Gilberto Reyes.
Otros, como Mike Piazza fueron enviados por la popular franquicia de la Liga Nacional al poco tiempo de haber sido firmado en Estados Unidos, para pulir unas herramientas que le llevarían a brillar en las Mayores a tal punto en 2016 ingresó al Salón de la Fama de Cooperstown.
Ávila, con una carrera de más de medio siglo en República Dominicana, fue el primer ganador en el 2006 del premio “Scout Internacional del Año”, galardón que dos años después ganaría Epifanio Guerrero, dueño también de un ojo clínico que le permitió firmar a más de 60 peloteros, no solo dominicanos, que arribaron en la Gran Carpa.
En 1996, Ávila fue exaltado como propulsor por el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, el primer deportista nacido en Cuba en obtener la distinción.
Reacciones en las redes
Bienvenido Rojas
Descansa en paz. Rafael Ávila, reconocido como uno de los grandes cazatalentos del béisbol dominicano y latino durante más de 6 décadas. Ávila falleció a los 92 años de edad, padecía de alzhéimer hace unos años y residía en Pembroke Pines, en las afueras de Miami, Florida.
Tony Piña Cámpora
Un gran amigo, Rafael Ávila. Tuve estrecha amistad con él. Un hombre de béisbol que generosamente le dio al país lo mejor de sí para el desarrollo del béisbol profesional y todo lo bueno que ha traído a la sociedad. Inmortal del Deporte Dominicano.
Antonio Puesán
Las historias de Don Rafael Ávila dan para varios episodios de una serie, gran hombre de béisbol, recuerdo que una vez me dijo que el prospecto que esperaba llegara a las mayores por su gran talento era “Manny François” dentro de tantas súper estrellas que firmó. Paz a su Alma.