EL NUEVO DIARIO, WASHINGTON.- Un equipo de investigadores ha relacionado la depresión con bajos niveles en la sangre de acetilcarnitina, sintetizada de forma natural en el organismo y también comercializada como suplemento nutricional, según un estudio publicado este lunes en la revista especializada PNAS.
El hallazgo, que se basa en una investigación extensa con animales, señala el camino a una nueva clase de antidepresivos que podrían ser “más libres de efectos secundarios y de acción más rápida” que los que se usan actualmente, de acuerdo a una de las autoras principales, Natalie Rasgon.
La depresión, también llamada trastorno depresivo mayor o depresión clínica, es el trastorno del estado de ánimo más prevalente en Estados Unidos y el mundo, que afecta entre al 8 y 10 por ciento de la población general en un momento dado.
“Es la principal razón del absentismo en el trabajo y una de las principales causas de suicidio. Peor aún, los tratamientos farmacológicos actuales son efectivos solo para aproximadamente el 50 por ciento de las personas a quienes se les recetan”, lamentó Rasgon.
En los experimentos con roedores, la deficiencia de la acetilcarnitina se asoció con un comportamiento similar a la depresión, mientras que el suministro oral o intravenoso de esta sustancia revirtió los síntomas de los animales y restauró su comportamiento normal.
Los animales respondieron a la administración de suplementos de acetilcarnitina en pocos días. Por el contrario, los antidepresivos actuales tardaron de dos a cuatro semanas en aparecer, tanto en experimentos con ratones como entre pacientes.
“La acetilcarnitina es un mediador crucial del metabolismo de las grasas y la producción de energía en todo el cuerpo y desempeña un papel especial en el cerebro”, explicó otra de las autoras, Carla Nasca, de la Universidad Rockefeller de Nueva York (EE.UU.)
En un análisis paralelo del mismo equipo, Nasca y sus colegas estudiaron a hombres y mujeres de 20 a 70 años que habían sido diagnosticados con depresión.
Al comparar sus muestras de sangre con las de 45 personas sanas emparejadas demográficamente, se encontró que los niveles de acetilcarnitina en la sangre de los pacientes “eran sustancialmente más bajos”, de acuerdo a los autores.
Un informe más detallado mostró que los niveles más bajos se dieron entre los participantes cuyos síntomas eran más graves, cuyos historiales médicos indicaban que eran resistentes a tratamientos previos o cuya aparición del trastorno ocurrió temprano en la vida.
Los niveles de acetilcarnitina también fueron más bajos entre los pacientes que informaron de antecedentes de abusos, abandono, pobreza o exposición a la violencia en la niñez.