Encuesta de Fuerza Laboral estima en 317,067 los trabajadores provenientes del vecino país al cierre de 2023
El envío de dinero hacia Haití funciona como un salvavidas financiero para miles de familias que viven en la extrema pobreza y cuya esperanza se centra en el pariente que pasó la frontera en busca de mayores ingresos escapando de la crisis que golpea la nación.
“En los últimos diez años el monto enviado de remesas desde República Dominicana hacia Haití se incrementó exponencialmente al pasar de US$289.5 millones en 2014 a US$525.7 millones en 2023. La ausencia de documentos vigentes no es un obstáculo para enviar remesas, pues las agencias de envíos permiten el uso del pasaporte vencido”.
Así se afirma en el estudio “Mercado laboral y mano de obra extranjera en el sector construcción en República Dominicana”, presentado el pasado jueves por el Instituto Nacional de Migración.
Según la investigación, el incremento ha sido más pronunciado a raíz de la pandemia y los conflictos en el vecino país.
Entre 2019 y 2021 las remesas hacia Haití aumentaron en 65 %, cuando alcanzaron US$462.4 millones, lo que representa el 72.9 % de las remesas totales enviadas desde el país hacia el exterior.
US$525.7 millones enviados en 2023
Aunque en 2022 el monto remitido se redujo ligeramente a US$444.4 millones, en 2023 retomó su tendencia ascendente, cuando las remesas hacia Haití alcanzaron los US$ 525.7 millones.
“La regularidad de envío de las remesas hacia el vecino país, el uso para la manutención de las familias y el monto significativo que representan ratifica la importancia económica que tiene para la economía haitiana la mano de obra haitiana ocupada en los diferentes sectores de la economía dominicana. Las remesas constituyen una inyección de recursos importantes para las familias de los inmigrantes y también para la economía”, destaca el estudio.
Casi todos los trabajadores inmigrantes tienen el compromiso de enviar dinero a sus familiares en Haití (esposa e hijos, padres y hermanos) para su sostenimiento económico con una regularidad semanal, quincenal o mensual. Así consta en la investigación de campo que se efectuó en las provincias Santiago, Santo Domingo y Bávaro-Punta Cana, que tienen un gran dinamismo en la actividad de construcción.
Muchos obreros no calificados tienen a su familia en Haití y, entre los más jóvenes, señalaron que los receptores de esas remesas son sus padres, tíos o abuelos. Aquellos que tienen mujer e hijos en su país mandan dinero con mayor frecuencia, casi siempre semanalmente o desde que cobran.
“Yo le envío dinero a mi familia cada mes”; “uno tiene que mandar algo a la familia. Aunque sea poco, hay que enviar cada tres semanas cuando cobramos”. Otros mencionaron que envían dinero siempre que pueden o cuando la familia de allá necesita.
Los que envían semanalmente lo hacen conscientes de que su familia necesita esos recursos para sobrevivir e indicaron que con ese dinero pueden comprar alimentos y pagar la vivienda.
RD$5,000 y RD$7,000 semanales
Estos trabajadores envían de RD$5,000 a RD$7,000 semanales, aunque hay semanas que tienen que enviar menos, según señalaron, porque también tienen que cubrir sus gastos personales, pero siempre envían dinero.
“Yo tengo que mandar todos los sábados, todos los fines de semana. Todos los viernes. Bueno, si pasó una semana, no puedo pasar dos. Para la comida de la casa hay que mandar 5,000, 6,000, y 7,000 a la semana. Si no hay, puedo mandar hasta 1,000”, contaron.
Menos trabajadores hacen envíos de dinero ocasionalmente, cada dos y cinco meses y en menor cantidad (entre 3,000 y 4,000 pesos). En estos casos, regularmente su familia reside en República Dominicana y tienen que cubrir sus gastos.
Al indagar a través de cuáles medios tienden a remitir dinero regularmente, los participantes en los grupos focales indicaron que para el envío de sus remesas utilizan los servicios de Western Union, Caribe Express y Transporte Cibao.
Algunos trabajadores que viven cerca de la frontera indicaron que envían dinero a una cuenta del Banco de Reservas perteneciente a algún familiar que resida en este lado y dicho familiar retira el dinero, se traslada a Haití y se lo entrega a sus familiares. Esta práctica fue planteada como más usual entre los que residen cerca de Restauración en República Dominicana.
Aquellos que no tienen pasaporte se valen de otro compañero que sí tenga el documento para cumplir con el compromiso del envío de los recursos financieros a sus familiares, poniendo de manifiesto la solidaridad entre los inmigrantes.
Fuerza laboral haitiana es joven
Según se evidenció en el trabajo de campo de esta investigación, los inmigrantes haitianos que participaron en los grupos focales realizados y que laboran en el sector construcción de Santo Domingo, Bávaro-Punta Cana y Santiago son en su mayoría jóvenes y adultos jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 53 años.
Por un lado, los trabajadores no calificados que trabajan principalmente en la etapa gris de la construcción tienen en su mayoría entre 20 y 30 años.
Haitianos representan el 89 % extranjeros activos
Según la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo, los ocupados provenientes de Haití eran 317,067 y representaban en promedio el 89 % de los extranjeros ocupados en las distintas actividades económicas en el país para el 2023. En sentido general, la participación de la población extranjera activa laboralmente en el total de los ocupados pasó de 4.6 % en 2016 a 7.1 % en 2023 al aumentar la cantidad de ocupados extranjeros de 196,822 en 2016 a 343,462 en 2023.
Apoyo
Inmigrantes que no tienen pasaporte se valen de otros compañeros para cumplir con el compromiso del envío
Récord
En los últimos diez años las remesas pasaron de US$289.5 millones en 2014 a US$525.7 millones en 2023.