Estamos acostumbrados a que, cuando hablamos de adopción, pensamos directamente en niños. Sin embargo, en nuestro país es posible adoptar a una persona mayor de edad, solo se necesita consentimiento por ambas partes y convivencia estable entre el adoptante y el adoptado. En otros países, como Estados Unidos, también existe la posibilidad de adoptar a un adulto, y la protagonista de la siguiente historia quiso que la adoptasen con 43 años.
Jenna MacFarlane, una mujer de 43 años por aquel entonces, publicó en 2005 un anuncio clasificado en el periódico de Carolina del Norte The Charlotte Observer. Como cuenta el diario Independent, el anuncio era de lo más peculiar y decía así: “mujer sana, autosuficiente, cariñosa, sin familia, que busca adopción por parte de padres maduros. Buscando dar/ser responsable ante un grupo familiar de apoyo”.
Lo que llevó a Jenna a escribir este anuncio fue su tortuoso pasado familiar. Ella nació y creció en Los Ángeles con sus padres y dos hermanos. Sin embargo, con el tiempo, sus progenitores se fueron distanciando y la relación matrimonial se deterioró. Esto también ocurrió con la relación entre hermanos y el resto de la familia. Jenna intentó recuperar esa relación con su familia, pero pronto dejaron de hablarse por completo. Como admitió en una entrevista, su madre “no quería que sus hijos estuvieran cerca, y yo lo sabía”.
La desesperación por pertenecer a una familia
Jenna experimentó episodios de depresión y de falta de sentido de pertenencia. A pesar de tener muchos amigos, quería una familia, buscaba “algo más fiel a la experiencia familiar, donde no todos están de acuerdo y no todos entienden a todos. Quería [ser] parte de algo que nunca va a desaparecer”. A raíz de este anhelo, la mujer publicó el anuncio en el periódico, con poca esperanza de que alguien respondiese. Quería que alguien la adoptase.
Los Kesler siguen reuniéndose con Jenna en la actualidad
Al principio le contactó todo tipo de gente, parejas, padres solteros e incluso reclusos. Hasta que fue la carta de Karen Kesler la que la convenció de que realmente podría conseguir una familia. Karen estaba casada con Steve. Ambos eran viudos y habían decidido formar una nueva familia. La carta de Karen era pura sinceridad: “Estoy impresionada por tu deseo de querer ser incluida en una familia amorosa. No creo que sea extraño en absoluto. No hay nada mejor que el calor de una familia feliz y bien adaptada”.
Así, Jenna decidió confiar en esta familia y se reunió en persona con los Kesler. Nunca llegaron a formalizar una adopción, pero desde entonces Jenna se reunió con la familia Kesler con regularidad. En la actualidad, ella tiene más de 60 años y sigue en contacto con los Kesler. “Son personas en las que confío mucho y siento que puedo decirles cualquier cosa”, afirma. “Son muy diferentes de la familia en la que nací y, año tras año, se suman a la fortaleza de lo que soy como persona”, agrega, emocionada.
Hicieron una película de su vida
Esta historia captó el interés de numerosos cineastas, que quisieron plasmar la vida de Jenna en la gran pantalla. Al final, fue M.Cahill el director que se ganó su confianza y el que contó toda la historia en la película de 2021 ‘Adoptando a Audrey’, un film que romantiza y dramatiza la vida de Jenna para llegar al corazón de los espectadores.
Estamos acostumbrados a que, cuando hablamos de adopción, pensamos directamente en niños. Sin embargo, en nuestro país es posible adoptar a una persona mayor de edad, solo se necesita consentimiento por ambas partes y convivencia estable entre el adoptante y el adoptado. En otros países, como Estados Unidos, también existe la posibilidad de adoptar a un adulto, y la protagonista de la siguiente historia quiso que la adoptasen con 43 años.
