Uno de los mayores signos de identidad que puede poseer un individuo, después de su propio nombre, son sus apellidos. Se cuentan por miles las denominaciones que acompañan a cada uno de los habitantes de España. Y es que, por su carácter histórico, estos nos pueden dar información sobre la ascendencia de quien los contenga, como su origen o las circunstancias de sus predecesores familiares.
El tiburón de Groenlandia, conocido científicamente como Somniosus microcephalus, ha llamado la atención de la comunidad científica debido a su sorprendente longevidad. Este formidable habitante del Ártico puede vivir más de 270 años, y algunos estudios sugieren que su vida podría extenderse hasta los 500 años. De hecho, un reciente hallazgo ha reafirmado la idea de que es el vertebrado más longevo del planeta, debido a la singularidad de su metabolismo y su adaptación al medio ambiente.
El lenguaje castellano es reconocido en todo el mundo por su riqueza y singularidad. La diversidad de palabras que contiene es especialmente significativa, las cuales se emplean para construir las frases que pronunciamos o escribimos cada día. No obstante, también hemos de tener en cuenta la gran cantidad de frases hechas y expresiones de la sabiduría popular que llevan entre la población durante varias generaciones y que poseen un significado figurado para algunas situaciones concretas.
El patrimonio histórico de España es uno los más valorados de toda Europa. Sus numerosas piezas incluyen desde castillos y fortalezas, hasta barrios enteros de ciudades, que funcionan como ecos de épocas pasadas que aún siguen latentes en la actualidad. No obstante, muchas de estas antiguas edificaciones son originarias del ámbito eclesiástico, como pueden ser las numerosas catedrales y monasterios que pueblan el país.
En España y en varios países de Latinoamérica, es costumbre llevar dos apellidos: el primero del padre y el segundo de la madre. Esta tradición contrasta con la de los países anglosajones, donde generalmente se utiliza solo un apellido, típicamente el paterno.