¿Un móvil en el siglo XIX? El misterio que esconde una mujer en un cuadro de hace más de 160 años

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No es un Goya ni un Picasso. La obra que ha dado más de que hablar en los últimos tiempos es La esperada (The expected one), pintada por el austríaco Ferdinand Georg Waldmüller en 1860. En redes, su protagonista se ha incluido en la lista de viajeros del tiempo por sostener un misterioso objeto que a muchos le ha recordado al teléfono móvil.

En el cuadro que se puede ver en La Pinacoteca Nueva de Múnich (Neue Pinakothek) aparece una joven caminando por un sendero con un objeto pequeño en sus manos. Lo que ha captado la atención de muchos es el extraño parecido entre este objeto y un dispositivo móvil.

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Ada Nuño

La escena del cuadro parece algo sacado de nuestros días: una joven totalmente concentrada en lo que sostiene, de la misma forma en que hoy vemos a cualquier persona absorta en la pantalla de su smartphone. Esto ha llevado a algunos a plantear la intrigante pregunta: ¿podría tratarse de una viajera del tiempo que se dejó ver en este lienzo de hace más de 160 años?

¿Es su protagonista una viajera del tiempo?

La idea de una viajera del tiempo es divertida y ha provocado innumerables comentarios y teorías en las redes sociales, pero la realidad es mucho menos fantástica. Críticos de arte y expertos explican que lo que la joven tiene en sus manos no es más que un pequeño libro de oraciones, un objeto bastante común en la época.

Este detalle, que ahora se malinterpreta como un dispositivo moderno, era fácilmente reconocible por los observadores del siglo XIX. De hecho, algunos indican que si se observa con atención, también se puede ver un rosario colgando de las manos de la joven, lo que refuerza la idea de que está dedicada a una actividad religiosa y no a consultar mensajes en WhatsApp o mirar vídeos en TikTok.

Lo que realmente resulta fascinante de esta historia es cómo la percepción del espectador se ve influenciada por su propio contexto histórico. Lo que hoy se confunde con un móvil en 1860 sería inmediatamente identificado como un libro devocional.

Este fenómeno no es exclusivo de La esperada. Existen otros ejemplos en la cultura popular donde objetos del pasado han sido malinterpretados como dispositivos tecnológicos modernos. Así, aunque la idea de una viajera del tiempo con un móvil en el siglo XIX suene emocionante, la explicación más sencilla sigue siendo la correcta: la joven del cuadro simplemente sostiene su libro de oraciones, ajena a las fascinaciones tecnológicas que hoy nos resultan tan familiares.