Unicef: El 15 % de los niños en RD no tienen todas las vacunas que corresponden a su edad
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – En los últimos 10 años, la región de América Latina y el Caribe, ha pasado de tener una de las tasas de vacunación infantil más altas del mundo a una de las más bajas, según advirtió este jueves el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el marco de la Semana Mundial de Vacunación.
Unicef ofreció la información durante la presentación oficial de su informe «El Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada infancia, vacunación», el cual resalta que uno de cada cuatro niños y niñas de la región no tiene las vacunas que se indican en el esquema básico de vacunación, haciendo retroceder las tasas de cobertura de inmunización a los niveles de hace casi 30 años.
“En República Dominicana se hacen esfuerzos para recuperar los niveles de cobertura existentes antes de la pandemia y así alcanzar la meta del 95 % de cobertura para todas las vacunas a raíz de las estimaciones de 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, que arrojaron que el 15 % de los niños en el país no contaban con todas las vacunas que corresponden según su edad”, dijo Rosa Elcarte, representante de Unicef.
Elcarte aseguró además, que “las vacunas salvan vidas, son gratuitas, de alta calidad y están disponibles en todos los centros de salud pública”.
“Papá, mamá, abuelo y abuela aprovechen esta oportunidad y acudan con su bebé o infante al centro de salud más cercano, para vacunarle con todas las dosis del esquema nacional de inmunización. Recuerden que con las vacunaciones se pueden evitar más de 14 enfermedades e incluso si su hija tiene entre 9 y 14 años existe la vacuna contra el VPH, que previene el cáncer cérvico uterino, condición que ha ocasionado la muerte de muchas mujeres”, aseguró la pediatra.
En la región, la cobertura de la tercera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP3) entre los niños y niñas menores de un año cayó 18 puntos porcentuales, del 93 % en 2012 al 75 % en 2021. Se trata de la tasa de inoculación de rutina más baja de la región, lo que sitúa a América Latina y el Caribe por debajo de la media mundial (81 por ciento) y justo por delante de África Oriental y Meridional (74 %).
Las últimas estimaciones de la OMS y Unicef revelan que el retroceso de América Latina y el Caribe en materia de inmunización ha dejado a 2,4 millones de niños y niñas –uno de cada cuatro menores de un año– desprotegidos frente a enfermedades prevenibles mediante vacunación. Más de 1,7 millones son “cero dosis”, lo que significa que nunca han recibido una vacuna. Los niños y niñas de los hogares más vulnerables tienen casi tres veces más probabilidades de ser “cero dosis” que aquellos de los hogares con mejores ingresos económicos, según revela un nuevo análisis del informe.
Conille enfatizó en que “enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis, que antes se creían erradicadas en muchos países, están reapareciendo en toda la región, poniendo en peligro las vidas de los niños y niñas más vulnerables y el bienestar de todos”.
Los archivos históricos puntualizan que hace una década, América Latina y el Caribe, dejó claro que podía proteger a la infancia de enfermedades potencialmente mortales.
“No hay ninguna razón por la que no podamos volver a hacerlo ahora, con más conocimientos, capacidad y recursos. La vacunación es una de las intervenciones de salud pública más sencillas y rentables. Podemos prevenir las enfermedades infantiles ahora o asumir los costos más tarde”, afirmó Conille.
Para recuperarse del retroceso y reducir el número de niños y niñas cero dosis en América Latina y el Caribe, Unicef hace un llamamiento a los gobiernos y aliados para que «identifiquen y vacunen urgentemente a todos los niños y niñas, especialmente a los de los hogares más pobres y a los niños y niñas indígenas y afrodescendientes que no han sido vacunados».
También para dar prioridad a la financiación de los servicios de vacunación y atención primaria de salud; para construir sistemas de salud más resilientes mediante la inversión en personal de salud, la innovación y la producción de suministros de vacunas en la región; y para reforzar la demanda de vacunas, fomentando la confianza, entre otras estrategias.