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Bertha Benz fue mucho más que la esposa de un inventor. Su nombre figura como pionera indiscutible en la historia de la automoción gracias a una decisión que lo cambió todo: ponerse al volante cuando nadie esperaba que lo hiciera. Nacida el 3 de mayo de 1849 en Pforzheim (Alemania), Bertha creció entre herramientas en el taller de su padre y desarrolló un temprano interés por la mecánica, algo inusual para una mujer de su tiempo.
Conoció a Carl Benz (1844-1929) cuando él aún soñaba con crear un vehículo sin caballos. Se casaron en 1872 y ella no solo compartió su visión, sino que la financió con su propia dote, en un acto legalmente arriesgado, ya que las mujeres entonces no podían figurar como socias empresariales. Apoyó cada uno de los pasos de su marido, incluso cuando la patente del Benz Patent-Motorwagen fue recibida con escepticismo y nadie parecía querer comprar aquel extraño artefacto de tres ruedas.
En el verano de 1888, con Carl desmoralizado por la falta de interés comercial, Bertha tomó una decisión audaz. Sin avisar a su marido, se subió al coche con dos de sus cinco hijos (Eugene, Richard, Clara, Thilde y Ellen) y dejó una escueta nota: “Vamos a ver a la abuela”. Así comenzaba el primer viaje de larga distancia en automóvil de la historia, con el objetivo de demostrar al mundo que el invento de su esposo no solo funcionaba, sino que tenía futuro.
Gasolina en farmacias y horquillas para reparar motores
El trayecto comenzó en Mannheim con destino a Pforzheim, la ciudad natal de Bertha, atravesando caminos de tierra durante los 194 kilómetros de recorrido total, ida y vuelta. Pronto comenzaron los problemas: la gasolina, entonces llamada ligroína, solo se vendía en farmacias, así que su primera parada fue en la botica de Wiesloch, hoy reconocida como la primera “gasolinera” del mundo.
Dispuesta a demostrar al mundo que el Benz-Patent Motorwagen iba a marcar el futuro del transporte y a revolucionar el mundo, aprovechó que su marido no estaba en casa para coger a sus dos hijos y cubrir la distancia que separaba Mannheim de Pforzheim: 194 kilómetros. pic.twitter.com/wbq09UbFx3
— Iván Fernández Amil (@ivanfamil) September 1, 2024
Durante el camino, Bertha improvisó con ingenio: desatascó una válvula con un alfiler de sombrero, cubrió un cable pelado con una liga, reparó una cadena con la ayuda de un herrero en Bruchsal y mejoró los frenos de madera con suelas de zapato. Los tramos en subida obligaron incluso a empujar el vehículo. Tras más de doce horas de viaje, llegó a Pforzheim con sus hijos y una hazaña histórica a sus espaldas.
La vuelta fue más planificada. Eligió un camino menos empinado y aprovechó la experiencia de la ida para prever nuevas paradas técnicas. A su regreso a Mannheim, la noticia del viaje se propagó rápidamente. Aquella mujer había hecho lo que ni la mejor campaña de marketing de la época podía lograr: demostrar la utilidad real del automóvil.
El viaje fue tan excepcional que la prensa no tardó en hacerse eco de la historia y permitió crear una expectación jamás vista que animó a Carl Benz a seguir desarrollando su vehículo. pic.twitter.com/TZjvwArL3p
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Aunque el reconocimiento no llegó de inmediato, aquel recorrido marcó un antes y un después. El Benz Patent-Motorwagen empezó a despertar interés, y poco a poco la empresa creció. Años más tarde, tras la fusión con Daimler, surgiría la marca Mercedes-Benz. El nombre rinde homenaje a la hija de un inversor, no a Bertha, pero la historia sabe bien a quién debe parte de ese legado. Murió en Ladenburg el 5 de mayo de 1944. Tenía 95 años.
Una ruta conmemorativa convertida en atracción turística
Desde 2008, la ruta que Bertha Benz realizó a bordo del primer coche con motor de combustión puede recorrerse como parte de la Bertha Benz Memorial Route, una de las rutas turísticas más especiales de Alemania. El recorrido atraviesa más de 30 localidades, parte de Mannheim y llega hasta Pforzheim, atravesando Heidelberg, Wiesloch, Bruchsal, Hockenheim y otras localidades. Allí, placas, señales y monumentos explican los hitos del viaje. La farmacia de Wiesloch sigue en pie y cuenta con una placa conmemorativa como la primera estación de servicio del mundo.
Bertha Benz se convirtió en la primera persona en realizar un viaje de larga distancia en coche. Hoy en día, su ruta es una atracción turística conocida como la “Bertha Benz Memorial Route” y es la única mujer en el Salón de la Fama del Automóvil de Detroit. pic.twitter.com/hFnHD1AsBd
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Los viajeros pueden seguir el itinerario en coche, moto o bicicleta, y muchos entusiastas del motor lo hacen como una especie de peregrinación histórica. La carretera atraviesa paisajes de la Selva Negra y conecta con el circuito de Hockenheim, lo que la convierte en una experiencia única para los aficionados al automovilismo y a la historia.
El viaje de Bertha Benz se ha convertido en un símbolo de innovación y coraje y pone de relieve el papel clave que las mujeres desempeñaron en avances que marcaron época
Hoy, más de 135 años después, ese viaje es recordado no solo por su audacia, sino también como símbolo de innovación, coraje y el papel clave que las mujeres han desempeñado en avances que marcaron época. La ruta Bertha Benz no es solo un trayecto: es un homenaje vivo a una mujer que se adelantó a su tiempo y que permite revivir los momentos más importantes de aquella travesía que marcó el inicio de la automoción.