Vapes, cigarrillos y presión alta: mezcla peligrosa que podría desencadenar en un ACV

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Fumar cigarrillos, utilizar vapes y mantener una hipertensión arterial mal manejada, sumados a una vida sedentaria, constituyen los principales factores de riesgo que podrían desencadenar en un accidente cerebro vascular (ACV), también conocido como ictus o stroke.

Así lo explicó la doctora Vifranny Espaillat, neuróloga vascular de Hospiten Santo Domingo, quien asegura: “No se padece un derrame cerebral solo por ser hipertenso, sino que, al no llevar la medicación y el tratamiento correcto como lo indica el médico, puede conducir a un ACV“.

Esa situación se produce cuando deja de llegar oxígeno y nutrientes a una porción del cerebro, o existen daños causados por la nicotina del tabaco que afectan la pared vascular de los vasos sanguíneos en el endotelio, una capa muy delgada de células que recubre el interior de las arterias, venas y vasos capilares.

“El uso de cigarrillos causa daños no solo en los vasos cerebrales, sino que también debilita la pared de todos los vasos a nivel corporal general. Es decir, afecta los vasos de las arterias y venas del corazón, de las piernas y del cerebro”, precisó Espaillat.

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Vifranny Espaillat, neuróloga. (FUENTE EXTERNA)

La especialista indicó que llevar un estilo de vida sedentario trae graves consecuencias.

“Una vida donde no hay ejercicio, ni actividad física, donde hay una mala alimentación y un exceso de consumo de grasas, nos provoca niveles elevados de colesterol, lo que puede desencadenar un ictus“, destacó.

Espaillat recordó que existen dos clases de ACV, uno de tipo isquémico que ocurre cuando se forman trombos (coágulos) que pueden viajar por cualquier arteria del cuerpo y llegar hasta el cerebro, y otro tipo hemorrágico, que ocurre cuando se registra una ruptura en la arteria.

“En el tipo isquémico, la arteria queda bloqueada e impide el paso de sangre y nutrientes al cerebro. En cambio, en el tipo hemorrágico, lo que ocurre es la ruptura de una arteria, como si se rompiera una tubería que inunda el cerebro de sangre”, detalló.

Hay que actuar rápido

Espaillat resaltó que los ACV son condiciones de tipo tiempo-dependiente, lo que significa que es fundamental administrar el medicamento fibrinolítico al llegar el paciente a la emergencia, para destruir el coágulo de sangre en las primeras cuatro horas y media de producirse el inicio de los síntomas del evento.

“Si no se logró mejorar la condición y síntomas del paciente colocando el medicamento en la sala de emergencia, tenemos una opción quirúrgica, que es la trombectomía mecánica, donde el neurocirujano endovascular lleva al paciente a quirófano y le extrae el trombo que está causando la oclusión de la arteria”, puntualizó.

 Señales de alarma

La neuróloga comentó que los síntomas de un ACV pueden incluir:

  • Disminución de la fuerza de un lado del cuerpo

  • Pérdida de movilidad de un brazo o pierna

  • Sentir las extremidades pesadas

  • Hormigueo

  • Boca acalambrada

“Si sientes los labios hacia un lado, que tienes un habla estropajosa, con la lengua pesada, si presentas un mareo inesperado e inestabilidad al caminar, si se le altera la vista viendo nublado, o perdiendo momentáneamente la vista de uno de los ojos, es el momento de actuar, porque el tiempo es crucial en esta patología”, concluyó a través de un comunicado.

Periodista, graduada de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) con honor Summa Cum Laude. Posee un máster en Comunicología Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. Amante de los viajes, la moda y la música en vivo.

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