El temor a que la productividad y el compromiso se resientan en esta oficina tan particular (porque el empleado tengas demasiadas distracciones en casa) es grande. La desconfianza ha provocado un fuerte aumento de la demanda de control electrónico de los equipos de trabajo. Mientras que en EEUU las grandes empresas ya utilizan este tipo de herramientas, en nuestro país no son todavía nada habituales.
Es curioso: si se buscan en Internet palabras clave como monitorización de empleados, se encuentran muchas respuestas relativas a este término y, además, se muestran anuncios en español. Así que el mercado existe.
Sin embargo, ¿hasta qué punto es legal la vigilancia de los empleados? ¿Y qué pasa con las capturas de pantalla de Microsoft, que muestran funciones de vigilancia como parte de Office 365? Computer Hoy lo ha averiguado.
¿Qué significa ‘vigilancia’?
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Los programas para supervisar las actividades en ordenadores y smartphones no son nada nuevo. Este tipo de software existe desde hace muchos años. Una vez configurado, puede grabar prácticamente todo lo que ocurre en el dispositivo en cuestión. Esto incluye, por ejemplo:
- El registro de los tiempos de trabajo y la actividad.
- Un protocolo exhaustivo de los programas que se usan.
- Medición detallada de la velocidad y la cantidad de pulsaciones del teclado.
- Información sobre la recepción y el envío de ficheros.
En cualquier caso, dependiendo del alcance del software, los programas también pueden controlar los sitios web visitados e, incluso, tomar capturas de pantalla y grabar vídeos de lo que los empleados ven en su monitor. Por ejemplo, el programa Workscape de la empresa bielorrusa Panogard promete muy directamente: “Rastrear los sitios web que visitan los empleados, y clasificarlos como relacionados o no con el trabajo”.
Y al igual que otros muchos productos, Workscape promete que el seguimiento puede ocultarse fácilmente a los empleados. Sin embargo, no se trata sólo de programas que se ocultan y que provienen de fuentes difíciles de rastrear.
En Estados Unidos, Hubstaff, Timedoctor y Enaible triunfan en el mercado. Funcionan abiertamente: los empleados saben que los programas están ahí. Enaible, por ejemplo, concede puntos por productividad y motiva al empleado, además de animarle a rendir al máximo… o al menos así lo presenta la empresa en su página web. La otra cara: los supervisores pueden mirar por encima del hombro prácticamente en cualquier momento, incluso ‘dando consejos’.
¿Qué hace Microsoft?
Microsoft
Microsoft también se muestra activa en este campo, aunque de una forma mucho menos agresiva. No obstante, la empresa ha acabado en el punto de mira, debido a la amplia difusión de sus productos. Respecto al uso de Microsoft 365, por ejemplo, los defensores de la protección de datos han criticado a menudo el alcance de las opciones de supervisión y evaluación, especialmente con Workspace Analytics, que recopila información de varias herramientas como Teams, Word, Outlook y similares.
Recientemente, sin embargo, han circulado informes y capturas de pantalla que dan una idea de la nueva versión beta del software Pureview de Microsoft. En ella también se incluyen funciones que pueden registrar actividades si se infringen determinadas directrices de la empresa.
Entonces, ¿qué puede hacer el empleador?
Sorprendentemente para muchos, tu empleador está legalmente autorizado a tomar ocasionalmente instantáneas de tu pantalla, consultar aleatoriamente tu historial de navegación e, incluso, a registrar la actividad del ratón o las pulsaciones del teclado, en casos concretos de sospecha de falta grave.
Sin embargo, debe informarse de ello en el contrato de trabajo y, en cualquier caso, no puede hacerlo sin el conocimiento del comité de empresa. En la mayoría de los casos, sin embargo, las medidas de vigilancia no son legalmente aceptables, especialmente la vigilancia permanente.
Esto se debe a que viola la protección de la esfera privada de los empleados. La información obtenida ilegalmente sobre el rendimiento de un empleado no puede utilizarse. Y si un empresario quiere presumir de ello, puede volverse rápidamente en su contra: las infracciones están sujetas a fuertes multas.
“Sin embargo, están pasando muchas cosas en segundo plano”, afirma Bertold Brücher, jefe de la unidad de Derecho social y Agencia de Protección de Datos alemana. “Vemos mucha incertidumbre, porque no sólo en los comités de empresa, sino también en las propias empresas, a veces no está claro qué puede hacer un programa informático utilizado”. En cualquier caso, es bastante poco probable que esta situación cambie pronto con la creciente digitalización del trabajo.
Cómo te vigilan: contramedidas
La supervisión sólo podría tener lugar, si acaso, en los dispositivos proporcionados y gestionados por el empleador. Para poder llevarlo a cabo en tu propio equipo se requeriría mucho esfuerzo (entre otras cosas, tu software antivirus se daría cuenta rápidamente de que algo va mal e informaría de la amenaza).
En caso de sospecha, comprueba tu contrato de trabajo, para ver si contiene una cláusula que prohíba el uso privado de Internet en la empresa.
¿La hay? Si es así, el empresario podría realizar controles aleatorios. Sería mejor utilizar entonces un dispositivo privado para sitios web o chats privados. Pregunta al comité de empresa sobre las medidas de control acordadas: tienen que saberlo.
Si no existe el correspondiente apartado, puedes ponerte en contacto con el responsable de protección de datos de la empresa. Muchos portátiles tienen cámaras integradas. Puedes tapar el objetivo con un trozo de cinta adhesiva, pero son más prácticas las tapas de plástico deslizables. En el caso de los micrófonos, también suele ser posible utilizar cinta adhesiva; puedes reconocer el micrófono por los pequeños agujeros de la carcasa.
