Una cafetería de Japón llamada Dawn Avatar Robot Cafe, propone una idea revolucionaria: usa robots camareros controlados con la voz o los ojos por personas con parálisis, que cobran el sueldo completo de un camarero.
Estamos acostumbrados a ver cómo los robots comienzan a sustituir a los humanos en algunos puestos de trabajo, y eso causa inquietud en muchas personas. Pero los robots también puede emplearse para justo lo contrario: ofrecer un trabajo a las personas que no pueden trabajar.
La propuesta de la start-up japonesa Ory Lab, en colaboración con la cafetería Dawn, nos descubre un mundo inexplorado para las personas con discapacidad.
Cuando una persona está paralizada por completo, y solo puede mover los ojos, las dificultades son enormes. Aún puede desempeñar trabajos intelectuales y convertirse en el científico más respetado del mundo, como lo fue el añorado Stephen Hawking. Pero está limitada en el aspecto físico.
La idea de Ory Lab es revolucionaria: ¿por qué no usar robots como avatares que representen a personas con discapacidad, que los usan para realizar un trabajo, y así ganarse un sueldo?
La cafetería con robots controlados por personas con discapacidad
Ory Lab ha desarrollado un robot llamado OriHime, disponible en dos versiones. Una tiene el tamaño de un muñeco, y es un avatar personal, que pertenece a la persona con discapacidad. Lo usa para hablar, si ella no puede hacerlo, o para expresar gestos de asombro o alegría, usando los brazos y la cabeza del robot.
La otra versión tiene un tamaño de algo más de un metro, y se mueve de forma autónoma. Es el que acudirá a trabajar. Aquí puedes ver ambas versiones:
En 2019, Ory Lab llegó a un acuerdo con la cafetería Dawn de Tokio, para usar robots camarero que pueden preparar café, y llevarlo a las mesas.
Estos robots estaban controlados por 10 personas con distintos grados de Esclerosis lateral amiotrófica (ALS), y otras discapacidades. Algunas solo podían mover la cabeza o los ojos.
Usando únicamente la vista, podían llevar al robot a un punto de la cafetería, y darle órdenes como coger los vasos o servir el café.
Aún más importante para ellas: podían hablar con los clientes, recoger el pedido y charlar con ellos. Esta interacción social supone un enorme incentivo y potencia la autoestima y la salud de estas personas que, por su condición, a menudo se sientes aisladas.
A cambio de su trabajo e interacción con los clientes, la cafetería les pagaba el sueldo completo de camarero. Puedes verlo en el vídeo de apertura de la noticia.
El experimento fue un éxito, y Dawn lleva ya casi cuatro años utilizando estos robots camerero controlados por personas con discapacidad. Por ahora es poco más que un experimento sociolaboral, pero quizá estamos asistiendo al nacimiento de una nueva relación: los robots avatares que ayudan a conseguir un trabajo a las personas con parálisis.