La cantidad de materia oscura en el universo es seis veces superior a la de materia normal, lo que concuerda con mediciones anteriores. Pero, ¿cómo han conseguido sacar esta aproximación de materias? Muy “sencillo”.
Los investigadores han utilizado datos del Dark Energy Survey y del Telescopio del Polo Sur para volver a calcular la cantidad total y la distribución de la materia en el universo. Suena fácil, pero es el trabajo de años.
En sus investigaciones, el equipo también descubrió que la materia estaba menos agrupada de lo que se pensaba, por lo que podemos hablar de una especie de queso gruyer y no es un mazacote de estrellas, planetas, satélites y lunas.
El Dark Energy Survey observa fotones de luz en longitudes de onda visibles y el Telescopio del Polo Sur observa luz en longitudes de onda de microondas. Esto significa que el Telescopio del Polo Sur observa el fondo cósmico de microondas, la radiación más antigua que podemos ver, que se remonta a unos 300.000 años después del Big Bang.
El equipo presentó los conjuntos de datos de los respectivos sondeos en dos mapas del cielo; luego superpusieron los dos mapas para comprender la imagen completa de cómo se distribuye la materia en el universo.
El cosmos es cada día más accesible
La materia oscura es algo en el universo que no podemos observar directamente. Sabemos que está ahí por sus efectos gravitatorios, pero por lo demás no podemos verla. La materia oscura constituye alrededor del 27% del universo, según el CERN.
El 63 % restante del cosmos está formado por energía oscura, una categoría hasta ahora incierta que está distribuida uniformemente por todo el universo y es responsable de la expansión acelerada del universo.
Al Dark Energy Survey aún le quedan tres años de datos por analizar, y el Telescopio del Polo Sur está llevando a cabo una nueva observación del fondo cósmico de microondas. Por su parte, el Telescopio Cosmológico de Atacama está realizando un sondeo de alta sensibilidad del fondo cósmico. Con nuevos datos precisos, los investigadores podrán poner a prueba el modelo cosmológico estándar.
En 2021, el telescopio de Atacama ayudó a los científicos a obtener una nueva medida precisa de la edad del universo: 13.770 millones de años. Una mayor investigación del fondo cósmico de microondas también podría ayudar a los investigadores a resolver la tensión de Hubble, un desacuerdo entre dos de las mejores formas de medir la expansión del universo.
A medida que los medios de observación se hacen más precisos esa información puede retroalimentar los grandes modelos cosmológicos para determinar en qué nos hemos equivocado en el pasado y conducirnos hacia un conocimiento superior del universo que nos rodea y envuelve.