Si desde hace bastante tiempo tienes ordenador, seguro que recordarás alguno de esos juegos gratuitos que te venían instalados en el mismo, destacando sobre todo el solitario y el buscaminas.
Y no nos mientas, porque seguro que has pasado decenas y decenas de horas disfrutando tanto del solitario como del buscaminas en tu antiguo sistema operativo Windows, y puede que hasta marcaras distintos récords superando a todos tus amigos.
El buscaminas nació originalmente para enseñar a los usuarios cómo manejar un ratón en su nuevo ordenador, pero fue tanta la popularidad del juego, que recibió multitud de versiones pensando en la diversión.
Pues bien, resulta que Bill Gates estaba totalmente enamorado del buscaminas, tanto como para causarle una adicción, distrayéndolo de sus labores mucho más importantes en Microsoft.
Y Melinda French, que luego se convertiría en Melinda Gates, le pidió a todos los trabajadores de la oficina que no hablaran absolutamente nada del buscaminas para no influenciar en el trabajo de Bill Gates.
La historia, contada por Ars Technica, que compartieron recientemente un extracto del libro Minesweeper de Kyle Orland, hablan de esta curiosidad que ha pasado a la historia.
Un buscaminas revolucionario para Microsoft
Antes de que buscaminas estuviera disponible en sistemas operativos Windows para los usuarios, se probó de forma interna en las oficinas de Microsoft, por parte de todos los trabajadores, incluido el propio Bill Gates.
De hecho el buscaminas era tan popular en la oficina, que se crearon tablas de clasificación dentro de la empresa y Bill Gates estaba en lo más alto.
“Bill se volvió adicto. Originalmente, creo que recibí un correo de Bill que decía: ‘Acabo de resolver el principiante del buscaminas en 10 segundos. ¿Está bien?’”, compartió Charles Fitzgerald, quien fue gerente de producto del Windows Entertainment.
Bill Gates jugaba tanto al buscaminas que le quitaron el juego de su propio ordenador, pero el consejero delegado no dudaba en entrar a las oficinas de otras personas, acceder a sus ordenadores, y echarse unas cuantas partidas al buscaminas, y así todos los días.
No obstante Bill Gates, jugando en las oficinas de otros trabajadores, pudo marcar un nuevo récord, y pidió a Fitzgerald que lo verificara: “Esto fue temprano en la noche. Así que fuimos allí, a las siete de la noche. [Hallman] era un exejecutivo de Boeing, y no era un tipo gracioso, así que… la idea de que Bill está sentado allí después del trabajo, yendo a la oficina del presidente para poder jugar al Buscaminas”.
Al llegar a esta insostenible situación con las tablas de clasificación, Fitzgerald decidió usar un programa informático para marcar un récord imbatible en el buscaminas, con la esperanza de que Bill Gates dejara de jugar.
Tras ello Bill Gates se lo tomó a broma: “Mis habilidades críticas están siendo desplazadas por una computadora. Esta tecnología está yendo demasiado lejos. Las máquinas pueden hacer las cosas más rápido que las personas, ¿cómo podemos conservar nuestra dignidad humana?”.
