Afortunadamente, los fabricantes de coches ya han aceptado que el futuro de la automoción pasa por el coche eléctrico, y están invirtiendo miles de millones en la fabricación. No hay vuelta atrás para la mayoría. El problema es que son mucho más caros que uno de gasolina. ¿Cuándo cambiará esto?
La mayoría de los conductores están dispuestos a dar el salto al coche eléctrico, cuando toque cambiarlo. Pero su coste es una preocupante barrera económica. De media valen un 50% más que uno equivalente de combustión, según el informe Global EV Outlook 2022. Y esa es una subida que muchos futuros compradores no podrán afrontar.
Existen coches eléctricos baratos, pero la mayoría son urbanos, con poca potencia y baja autonomía. En Estados Unidos ha comenzado una guerra entre Tesla, GM y otras que han bajado los precios casi un 10%. Pero aún no es suficiente.
¿Cuándo valdrá lo mismo un coche eléctrico que uno de gasolina? Es la gran pregunta que se ha hecho nuestra compañera Lidia Vega de Auto Bild, y la ha trasladado a fabricantes y expertos.
¿Cuándo se igualarán los precios de los coches eléctricos y los de combustión?
El más pesimista es Markus Schäfer, miembro del consejo de administración de Mercedes-Benz Group AG y CTO del grupo: “Se predijeron 25 años, pero esto va a tardar mucho más de lo que la gente cree. La principal diferencia es el precio de las baterías, y con la crisis actual y el encarecimiento de los materiales se está abriendo más la brecha”, explica Schäfer en una entrevista con Autobild.
Estas palabras sorprenden a otros miembros de la industria. Christian Blom, director de Operaciones Europeas de Nuvve, asegura en Business Insider España que “es verdad que el coche de gasolina es más barato que el eléctrico ahora mismo, pero hay que tener en cuenta que el coste de funcionamiento es menor, porque la energía es más barata, y aún hay pocos coches“.
El CEO de Volvo, Jim Rowan, lo tiene mucho más claro, pues asegura que los vehículos eléctricos alcanzarán la paridad de precios a partir de 2025, “cuando habrá suficiente tecnología que reducirá el costo de la batería“.
También opinan lo mismo Audi y Stellantis, que se han puesto como meta igualar precios en 2025. Es cierto que la invasión de Ucrania, que ha originado la inflación y la subida de los costes de los materiales, puede retrasar un poco esta fecha. Pero son cifras cercanas.
Para reducir la brecha, los fabricantes proponen monetizar el coche. Y ya hay varias propuestas que están funcionando.
Una es la tecnología vehículo a red (V2G) o carga bidireccional, que permite al coche descargar el sobrante de batería en la red eléctrica. Puede recargar la batería cuando la luz está barata y venderla a la red eléctrica cuando está cara, ganando dinero.
En Alemania ya es posible pagar una cuota mensual fija por un cargador, y a cambio recibir electricidad gratis.
Del mismo modo, cada vez es más popular el leasing, que abarata el coste: puedes alquilar un coche por un año, y cambiarlo por otro cuando acaba el plazo.
Aún no esta claro cuándo un coche eléctrico costará lo mismo que uno de combustión. Pero sí vamos a ver cada vez más soluciones imaginativas, que reducirán esta brecha.
