-
En este contexto, activos como bitcoin y el oro pueden destacarse en gran manera.
-
Bitcoin es un antídoto contra la devaluación del dinero fíat.
El dólar estadounidense, antaño un bastión inquebrantable en los mercados globales, enfrenta un horizonte nublado.
Una encuesta reciente de Bank of America, realizada entre el 4 y el 10 de abril, revela que los mayores fondos de inversión del mundo anticipan una depreciación sostenida de la moneda estadounidense en los próximos 12 meses.
Este pesimismo, impulsado por las políticas arancelarias de la administración de Donald Trump, puede estar llevando a los inversionistas a replantear su exposición a instrumentos ligados al dólar, como los bonos del Tesoro, que podrían enfrentar salidas significativas de capital.
En este contexto de turbulencia, activos alternativos como el oro y bitcoin (BTC) emergen como refugios potenciales, captando la atención de quienes buscan protegerse contra la devaluación de la moneda fíat.
Gestores de fondos prevén un dólar debilitado
La última encuesta global de gestores de fondos de Bank of America, que entrevistó a 164 administradores con más de 386.000 millones de dólares bajo gestión, refleja un ánimo sombrío.
Realizada durante abril, mes en que la Casa Blanca, estableció nuevos anuncios arancelarios, la encuesta muestra una caída drástica en el optimismo.
La medida más amplia del sentimiento de los gestores, que evalúa expectativas de crecimiento global, asignaciones de acciones y saldos de efectivo, se desplomó a 1,8 en abril, desde 3,8 en marzo, el nivel más bajo desde octubre de 2023, como se aprecia en el siguiente gráfico.
Este pesimismo se atribuye en gran parte a las medidas económicas de Donald Trump, que incluyeron un arancel del 245% a las importaciones chinas y la promesa de retrasar aranceles a 70 países por solo 90 días.
Estas políticas han intensificado la guerra comercial con China, erosionando la confianza en el dólar como refugio seguro. Un 61% neto de los encuestados espera que el dólar se deprecie en el próximo año, dice la entidad financiera estadounidense.
El índice DXY, que mide el valor del dólar frente a una cesta de monedas fíat, tocó los 97 puntos la semana pasada, su mínimo en tres años, y actualmente se sitúa en 98 puntos.
En respuesta, los inversionistas están ajustando sus carteras. Según el boletín financiero The Kobeissi Letter, los extranjeros vendieron 22.000 millones de dólares en acciones estadounidenses en abril, tras una salida récord de 41.000 millones en marzo, la mayor en al menos un año.
Los principales vendedores han sido inversionistas europeos, aunque aún poseen 16 billones de dólares en acciones estadounidenses, equivalente al 23% del valor total del mercado. “A medida que el dinero sale de Estados Unidos, el euro se fortalece frente al dólar”, explica The Kobeissi Letter.
Desde principios de marzo, el par EUR/USD muestra una tendencia alcista, lo que indica que se necesitan más dólares para comprar un euro, reflejando una devaluación relativa del dólar.
Esta dinámica tiene implicaciones profundas. La fortaleza del euro frente al dólar podría alterar los flujos comerciales y de inversión en Europa, fortaleciendo la posición de la moneda europea en los mercados globales. Asimismo, el aumento de las tenencias de oro en las reservas globales refleja una búsqueda de estabilidad en un entorno de políticas monetarias expansivas. Bitcoin, por su parte, gana tracción como un activo de refugio digital entre los inversionistas institucionales.
Guerra comercial y turbulencia política
La guerra comercial entre Estados Unidos y China, combinada con una incertidumbre política que JP Morgan califica de “sin precedentes”, está minando la confianza en los activos estadounidenses.
Los mercados han registrado ventas simultáneas de acciones, bonos y dólares, un fenómeno poco común. “Los inversionistas exigen una mayor prima de riesgo para mantener activos en dólares”, señala JP Morgan, lo que debilita la posición tradicional del dólar como refugio seguro.
Las tenencias extranjeras de bonos del Tesoro han caído al 23% de la deuda del gobierno estadounidense, el nivel más bajo en 22 años, según The Kobeissi Letter.
Este declive, de 11 puntos porcentuales en los últimos nueve años, refleja una tendencia de diversificación de reservas globales.
En contraste, el oro ha ganado terreno, representando el 18% de las reservas internacionales, el mayor porcentaje en 26 años, un aumento de 8 puntos porcentuales desde 2015. Esta reconfiguración de las carteras globales sugiere un cambio estructural en la percepción del riesgo asociado al dólar, señalan los analistas del boletín.
Por otro lado, las políticas arancelarias de Trump generan debate. Mark Benbow, cogestor de Aegon High Yield, cuestiona su lógica: “¿Quiere Estados Unidos fabricar sus propios productos? Sí. Pero, ¿camisetas y zapatillas con un mercado laboral ajustado? Es un reto”.
Un arancel del 37% a las exportaciones de diamantes de Botsuana ilustra las contradicciones. “No hace falta ser experto para notar estas rarezas”, afirma Benbow. Aunque la administración planea negociar aranceles con países como el Reino Unido y Japón, la tensión con China parece intratable, elevando la prima de riesgo en los mercados estadounidenses.
Oro y bitcoin: refugios en la tormenta
En este contexto de volatilidad, el oro y bitcoin captan la atención de los inversionistas. El oro alcanzó los 3.500 dólares por onza la semana pasada, marcando un nuevo máximo histórico en su precio.
Bitcoin, por su parte, superó los 95.000 dólares, su máximo desde principios de marzo, tras mantenerse estable cerca de los 86.000 dólares, la semana pasada. Ambos activos muestran una correlación creciente, impulsada por su percepción como refugios frente a la incertidumbre macroeconómica.
El oro, valorado históricamente por su escasez y liquidez global, ha sido un pilar para los bancos centrales. Sin embargo, bitcoin ofrece ventajas únicas en la era digital. Con un suministro fijo de 21 millones de monedas, garantizado matemáticamente, su escasez es absoluta. La red Bitcoin permite verificar la autenticidad de cada unidad de forma inmediata y ofrece liquidez global, con transferencias rápidas sin importar la cantidad o distancia, como lo señala una reciente publicación de CriptoNoticias.
En tal sentido, bitcoin es un antídoto contra la devaluación del dinero fíat, destacando su capacidad para preservar valor en un entorno de políticas monetarias expansivas.
Además, la resistencia de bitcoin a la censura y la confiscación lo hace atractivo en escenarios de crisis. En el pasado, gobiernos han recurrido a confiscaciones para subsanar déficits estatales, un riesgo que bitcoin mitiga.
Estas propiedades posicionan a bitcoin como un activo superador, combinando las virtudes del oro con la flexibilidad de la red de Bitcoin. Su capacidad para operar al margen de los sistemas financieros tradicionales lo convierte en una opción atractiva, especialmente en mercados emergentes, donde la desconfianza en las monedas fíat es alta.
Los fondos de inversión, atentos a estas señales, diversifican hacia activos como el euro, el yen japonés, el oro y bitcoin. Para JP Morgan, la volatilidad en los activos estadounidenses es notable, con días marcados por ventas masivas. “Los inversionistas están reconsiderando su elevada exposición a activos estadounidenses”, advierte el banco, sugiriendo ajustes en la asignación de carteras y divisas.