El chatbot de inteligencia artificial de Google, Bard, ha estado en los titulares desde su lanzamiento. Alphabet perdió 100 mil millones de dólares en valor de mercado después de que su nuevo chatbot compartiera información inexacta en un video promocional en un evento de la compañía a principios de febrero.
Según un informe de Fortune, Sundar Pichai, el director ejecutivo de la empresa de tecnología, parece relajado sobre cuánto deben avanzar los modelos de inteligencia artificial de la empresa.
Dijo en una carta a todo el personal que Bard todavía está en su desarrollo inicial: “A medida que más personas comiencen a usar Bard y prueben sus capacidades, nos sorprenderán. Las cosas saldrán mal”. Bard ahora está siendo probado por el público en general, mientras que antes lo usaban principalmente los empleados de Google.
Los de Mountain View ya anunciaron el despliegue de Bard en Reino Unido y Estados Unidos, aunque solo los usuarios que se registren para realizar la prueba con acceso anticipado podrán comprobar las características del chatbot de Google. Desde Computer Hoy hemos querido echar un vistazo —gracias a una VPN— las capacidades de este chatbot y la verdad es que deja mucho que desear.
El nuevo chatbot de Google deja mucho que desear en sus primeros momentos de vida
Es necesario partir de la base de que este chatbot no va a ser tan capaz como ChatGPT en pocas palabras por el tiempo que lleva desplegado al público. Al final las millones de personas que lo usan diariamente son las que sacan lo mejor y peor de los chatbots y consiguen que estas herramientas evolucionen.
Sin embargo, desde hace ya bastantes días está operativo en Reino Unido y EE.UU., por lo que en nuestras pruebas la realidad es que deja bastante que desear.
Empecemos primero por lo positivo, aunque solo hemos conseguido extraer una sola función que nos ha parecido muy interesante: proporciona una respuesta a tus preguntas pero te permite elegir hasta 3 opciones diferentes extra. Por ejemplo, le preguntamos que nos explicase un concepto complejo pero con el ligero matiz de que cada palabra empezase por la letra B.
Comentar que esto es algo que ChatGPT es perfectamente capaz de hacer por lo que nos resultó entretenido probarlo con Bard. En la anterior imagen puedes ver tanto lo comentado en relación con las diferentes opciones que ofrece como que, en realidad, la respuesta es toda una invención — y nada de empezar con la letra B cada palabra—.
Otras de las pruebas que realizamos fue en relación a escribir código. Ya todos saben las grandes capacidades de ChatGPT en este aspecto, ¿qué tal funciona Bard? La realidad es que a nivel de interfaz resulta bastante flojo. Por ejemplo, ChatGPT te proporciona la opción de copiar para directamente pegarlo en aquello en lo que estés trabajando y con Bard esto no ocurre.
Sin embargo, aquí viene lo peor. Le pedimos a Bard que escribiese el código para crear un websocket y luego se lo pasamos a ChatGPT para ver si estaba bien y este es el resultado: era incorrecto.
Finalmente algo que llama especialmente la atención es que si le preguntas sobre el fallo con respecto al James Webb y esa respuesta errónea que dio en su presentación consigue echar balones fuera, perdiendo así esa capacidad humana que muchos buscan en estas herramientas afirmando que él no es el encargado de realizar ese tipo de tareas.
Como chatbot que es, deriva entonces la conversación por otro lado explicándote algunos datos básicos de Internet sobre el telescopio de la NASA.
Con todo esto, se puede afirmar con seguridad que a Bard aún le queda mucho camino que recorrer aunque la realidad es que no es útil por sí mismo y menos si lo comparas con ChatGPT.
Un portavoz de Google le dijo a Fortune: “Bard es experimental y algunas de las respuestas pueden ser inexactas, así que verifique dos veces la información en las respuestas. Con sus comentarios, Bard está mejorando cada día. Antes de que Bard se lanzara públicamente, miles de evaluadores participaron para proporcionar comentarios para ayudarle a mejorar su calidad, seguridad y precisión”.
La realidad es que este chatbot no está preparado para dar el gran salto la vida de millones de personas. Al final, en esta carrera por la inteligencia artificial existe un gran enemigo a batir: OpenAI y ChatGPT. Si no está preparado para compararse, Google, es mejor que esperes.
“Acelerar las ideas de las personas con I.A. generativa es verdaderamente emocionante, pero aún es pronto, y Bard es un experimento. Si bien Bard tiene controles de seguridad incorporados y mecanismos claros para la retroalimentación en línea con nuestros Principios de I.A., tenga en cuenta que puede mostrar errores información”, añade el portavoz de Google.
