Durante años, el fútbol se ha mantenido entre los contenidos más pirateados del continente, con plataformas de IPTV ilegales que ofrecen acceso a partidos en directo sin cortes, sin suscripciones oficiales y, sobre todo, sin pagar mucho dinero.
Esta práctica se ha extendido por toda Europa y ha puesto contra las cuerdas a las ligas, operadoras, así como a las plataformas que dependen de los derechos de emisión como uno de sus principales activos económicos.
Frente a esta amenaza, LaLiga ha asumido un papel activo, liderado por su presidente, Javier Tebas. No ha sido un camino exento de errores ni polémicas, pero la estrategia desarrollada en España ha conseguido algo que pocas organizaciones del sector han logrado: resultados.
Tanto es así que otras ligas europeas han comenzado a adoptar enfoques similares y el mismo modelo, sobre todo en un escenario donde el fútbol gratis no deja de evolucionar. El objetivo es acabar con la piratería de una vez por todas.
Desde que ocupa la presidencia de LaLiga, Javier Tebas ha repetido que el combate contra la piratería no es una opción, sino una obligación. Más allá de las declaraciones, lo cierto es que ha convertido esa afirmación en una estrategia concreta y sostenida.
A diferencia de lo que ocurre en muchos países donde se reacciona cuando el problema ya es estructural, Tebas optó por reforzar las capacidades internas de la competición con un ejército, como equipos técnicos especializados, desarrolladores, abogados y analistas que trabajan con un único objetivo: cortar la señal pirata antes de que llegue al espectador.
Bajo su dirección, LaLiga ha dejado de depender exclusivamente del trabajo de las autoridades y ha pasado a actuar como un actor legal, con capacidad para detectar transmisiones ilegales en tiempo real, identificar servidores implicados y promover acciones legales rápidas y eficaces.
El modelo no se basa únicamente en bloquear páginas o perseguir a los usuarios, sino que va más allá. Se apoya en una combinación de tecnología propia, acuerdos con operadores y presión legal directa.
Su sistema de monitorización permite detectar transmisiones no autorizadas de partidos mientras están en curso. A partir de ahí, el equipo legal solicita a los tribunales medidas urgentes para bloquear dominios, cortar accesos o intervenir contra servicios que revenden contenido ilegal.
En muchos casos, se actúa de forma preventiva, antes de que la señal llegue a miles de espectadores. LaLiga también trabaja con proveedores de internet y plataformas tecnológicas para identificar cajas IPTV y apps ilegales, desmontando buena parte de la estructura de distribución.
Europa comienza a copiar el enfoque español para combatir la piratería

Montaje
Suecia es un ejemplo claro de lo que ocurre cuando se reacciona tarde ante la piratería y las transmisiones ilegales. En la nación escandinava, más de 700.000 hogares consumen fútbol a través de IPTV pirata, aprovechando los bajos precios y la facilidad de acceso.
Plataformas como Viaplay han denunciado públicamente la situación, y las autoridades han empezado a tomar cartas en el asunto. De hecho, el Tribunal de Patentes y Mercado de Estocolmo ha ordenado a operadoras como Telenor, Tele2 y Tre que bloqueen el acceso a servicios como NordicOne, un proveedor muy popular en el país.
La medida ha sido relevante, pero insuficiente, puesto que los usuarios han respondido de inmediato buscando métodos para saltarse el bloqueo, utilizando redes VPN, cambiando los servidores DNS o compartiendo nuevas direcciones en foros como Flashback.
El juego del gato y el ratón continúa, y se hace sin una estructura técnica y legal bien preparada, el resultado es que cada bloqueo abre paso a nuevas rutas. La diferencia con España es clara: mientras en Suecia reaccionan ahora, LaLiga lleva años blindando este terreno.
Ante la efectividad del modelo español, otros países han comenzado a estudiar o replicar medidas similares. Francia, Italia o el Reino Unido han intensificado sus acciones judiciales contra servicios de IPTV, y en algunos casos han solicitado incluso bloqueos contra proveedores de DNS o servicios VPN, una propuesta que ya se ha debatido en los despachos europeos.
LaLiga, por su parte, participa activamente en foros y grupos de trabajo donde se discuten normativas comunes para combatir la piratería. Y aunque el enfoque de Tebas ha generado cierta polémica por su dureza, lo cierto es que la presión legal y la anticipación tecnológica están marcando una diferencia.
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Etiquetas: IPTV