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Las alergias alimentarias son más comunes en niños que en adultos

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Las alergias alimentarias son más comunes de lo que se piensa y tienden a afectar a los niños más que a los adultos, resalta el doctor Patrick Antonio Almonte Durán, especialista en enfermedades alérgicas.

Entrevistado para Que Pasa! el doctor destaca que la alergia alimentaria es una respuesta inmunológica alterada a los alimentos, que puede ser mediada por anticuerpos de tipo IgE que producen reacciones inmediatas.

Agrega que se caracterizan por la aparición de manifestaciones como: urticarias agudas (ronchas), prurito y enrojecimiento peri oral y oral (síndrome de alergia oral), rinitis alérgica, broncoespasmo agudo y anafilaxia o reacción alérgica aguda grave.

Doctor Patrick Antonio Almonte Durán.

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El galeno señala que los síntomas para detectar si se está teniendo algún tipo de alergia son: Rinitis alérgica (moqueo acuoso, estornudos repetitivos o en salvas, congestión nasal) todos de aparición brusca.

Además se puede tener Tos, crisis de broncoespasmo (asma) de aparición aguda, enrojecimiento peri oral, ronchas, edema de labios o de glotis.

Aunque algunas personas pueden presentar alergia a cualquier alimento, las alergias más comunes son a la leche, huevos, maní, frutos secos (nueces, almendras, avellanas, anacardos, pistachos..), las frutas como melocotón, kiwi, manzana, melón, así como a mariscos, pescados, trigo, soja, sésamo.

“La reacción puede iniciar con mayor frecuencia, inmediatamente, desde el primer minuto de exposición al alergeno por vía cutánea, oral o inhalada, durante el transcurso de los primeros 60 minutos, o tardía, dos o más horas con menor frecuencia”, dice el especialista formado en el Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, España.

Resalta que las alergias alimentarias son más graves en pacientes asmáticos, en aquellos que tienen menos capacidad para reconocer los síntomas, ya sea porque lo nieguen, o por su edad (muy pequeños) o por una condición mental especial que le dificulte la comunicación. Ademas, en aquellos que han tenido una ingestión inadvertida (alérgenos ocultos) y cuando hay retraso en la administración de un tratamiento adecuado (adrenalina).

Al hablar sobre la diferencia entre alergia alimentaria e intolerancia a los alimentos, dice que ambas se parecen en que afectan solamente a un número reducido de personas y a que son causadas como una respuesta particular al alimento, pero no se producen por un mecanismo inmunológico.

Generalmente afectan al sistema digestivo como (distensión abdominal, flatulencias, náuseas y sensación de pesadez).

Dice que la cantidad de alimento ingerido está directamente relacionada con la gravedad de los síntomas y síntomas similares con cada exposición; mientras que en las alergias los signos y síntomas suelen variar en gravedad y rango de afectación (son impredecibles) y no dependen necesariamente de la cantidad ingerida (pequeñas cantidades del alimento pueden causar reacciones graves).

Añade que algunas alergias alimentarias suelen ser transitorias y por tanto pueden superarse, como son los casos de alergias a la leche y el huevo, tras realizar dieta de evitación durante meses o más de un año de exclusión de la dieta, pero que otras, sin embargo, suelen persistir durante toda la vida, como en los casos de alergia al maní, frutos secos, mariscos y pescados.

Como recomendación dice que ante la presencia o sospecha de probable alergia alimentaria se acuda a un especialista en alergología con el fin de determinar mediante historia clínica y la realización de pruebas a alimentos la veracidad de la creencia o sospecha de alergia, pues por un lado un temor infundado y un diagnóstico incorrecto pueden llevar a sacar de la dieta alimentos ricos en nutrientes y necesarios para una buena salud y disminuir su calidad de vida.

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