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“Un movimiento brusco está a la vuelta de la esquina”, dice analista.
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El oro podría verse favorecido en este contexto ¿y bitcoin?
“La calma antes de la tormenta”. Esa es la frase que utiliza Jesse Colombo, inversionista y analista financiero, para describir el momento que están atravesando los mercados, luego de varias semanas de volatilidad provocadas por la “guerra de aranceles” iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Como ha reportado CriptoNoticias, el mandatario anunció el pasado 2 de abril aranceles recíprocos para varios países, entre los que se encontraban China, Canadá, la Unión Europea (UE) y toda América Latina.
Pocos días después, el propio Trump decidió postergar la aplicación de la medida por 90 días para negociar nuevos acuerdos comerciales. Sin embargo, esta especie de tregua dejó fuera a China, a la que le aplicó aranceles del 145%.
Las autoridades del gigante asiático no se quedaron de brazos cruzados y también elevaron impuestos para las importaciones provenientes de Estados Unidos.
Cuando el conflicto entre las dos principales potencias comerciales parecía intensificarse, las autoridades de ambos países emitieron señales de diálogo, lo que brindó un respiro a los mercados.
Al respecto, Colombo dice: “Después de un par de meses volátiles llenos de noticias incesantes y contracorrientes confusas de los planes arancelarios y otras políticas de la administración Trump, los mercados financieros se han calmado en las últimas semanas, lo que ha proporcionado un respiro muy necesario para todos”.
Pero, y retomando la frase con la que empieza este artículo, dicha calma podría ser temporal. Es que el propio Colombo sostiene que “otro movimiento brusco está a la vuelta de la esquina”.
La tesis de Colombo se centra en el índice DXY, que mide el valor del dólar estadounidense frente a una cesta de monedas fíat. Tal índice recientemente cayó por debajo de los 100 puntos, su mínimo en tres años.
“Históricamente, los rebotes desde el nivel de 100 han provocado fuertes ventas masivas en materias primas como el oro y la plata, debido a la relación inversa bien establecida entre el dólar y los precios de las materias primas”, explica Colombo.
De acuerdo con su análisis, el DXY está consolidando un patrón de banderín, una figura de análisis técnico que se forma tras un movimiento inicial fuerte (asta), seguido de un período de consolidación, antes de que el precio continúe en la misma dirección.
Es decir, tras caer por debajo de los 100, el DXY comenzó a moverse de forma lateral, lo que dio lugar a la formación de un banderín. Este tipo de figura, por lo general, tiende a resolverse en la misma dirección del movimiento previo, que en este caso fue bajista.
Asimismo, Colombo advierte: “Si el índice continúa cayendo, el siguiente nivel de soporte clave a tener en cuenta es 90, un movimiento que marcaría una caída del 10% con respecto a los niveles actuales. Es un objetivo muy realista, especialmente a medida que nos acercamos a una recesión y un mercado bajista”.
Como se explica en la Criptopedia, sección educativa de CriptoNoticias, en análisis técnico, el término soporte se utiliza para identificar una especie de suelo o nivel donde el precio de un activo tiende a rebotar.
De acuerdo con analistas del boletín financiero The Kobeissi Letter, esta caída del DXY ocurre porque en abril los inversionistas extranjeros se deshicieron de 22.000 millones de dólares en acciones estadounidenses.
Aunque es una cifra significativa, representa una baja respecto a marzo, cuando se registró una salida récord de 41.000 millones de dólares, la mayor en al menos un año.
«A medida que el dinero sale de Estados Unidos, el euro se fortalece frente al dólar», resaltaron los especialistas del boletín financiero.
La otra cara de la moneda es que una caída del DXY suele interpretarse como una señal bajista para el dólar, pero alcista para activos como el oro y otras materias primas, ya que se vuelven más atractivos en tiempos de incertidumbre económica. Al respecto, Colombo explica:
“La semana pasada, el oro se encontraba técnicamente sobrecomprado a corto plazo, lo que justifica cierta cautela. Sin embargo, es importante recordar que los movimientos alcistas más explosivos suelen ocurrir cuando un activo ya está sobrecomprado y cuenta con un fuerte impulso. Si el oro puede confirmar su fortaleza rompiendo su banderín hacia arriba, no me sorprendería verlo subir hacia los 4.000 dólares con bastante rapidez, según las técnicas de medición de patrones de banderín establecidas”.
Jesse Colombo, analista de mercados financieros.
El especialista sostiene que la publicación de datos macroeconómicos de Estados Unidos o novedades en la “guerra de aranceles” podrían actuar como catalizador del precio del oro.
En tiempos de incertidumbre económica y debilidad del dólar estadounidense, el oro es el activo de reserva más elegido por los inversionistas.
Es que, durante miles de años, el oro ha mantenido su papel como medio de intercambio y reserva de valor, afianzando su importancia a lo largo de la historia.
¿Y bitcoin?
Aunque Colombo no menciona a bitcoin (BTC) en su tesis, también hay que incluirlo en el listado de activos que podrían verse beneficiados por la debilidad del dólar estadounidense.
Esto es porque muchos inversionistas definen a la moneda creada por Satoshi Nakamoto como “oro digital” por sus similitudes con el metal precioso.
Lo que ocurre con BTC es que tiene un suministro limitado en 21 millones de unidades, cuya emisión se reduce cada 4 años en un evento conocido como halving.
Asimismo, hay que destacar que, a diferencia del dinero fíat, bitcoin no se devalúa por la emisión monetaria o las decisiones de un banco central. Además, es una moneda descentralizada y resistente a la censura y a la confiscación.
Hasta BlackRock, la gestora de activos financieros más grande del mundo, ha puesto el foco en estas características y en uno de sus informes reconoce su potencial como «activo diversificador único».
Para la firma que conduce Larry Fink, la moneda digital puede actuar como “una cobertura contra riesgos que los activos tradicionales no pueden abordar, particularmente en tiempos de mayor incertidumbre geopolítica y económica”.
Aunque todavía está en sus primeras etapas de adopción, el hecho de que en 16 años de historia sea comparado con el oro refleja el crecimiento exponencial de su relevancia en los mercados financieros.
Esta comparación no solo destaca su potencial como reserva de valor, sino también su capacidad para captar la atención de inversionistas institucionales en busca de alternativas al sistema financiero tradicional.