Una nueva ley que entrará en vigor el próximo mes de agosto permitirá a los residentes de Luisiana, un estado al sur de Estados Unidos que destaca por apoyar a los republicanos, ejercer su derecho a usar bitcoin (BTC).
La firma del gobernador Jeff Landry le dio la aprobación final al proyecto este 19 de junio. Según lo dispuesto en la ley, las personas y empresas de ese estado podrán autocustodiar sus BTC o usarlos para hacer compras y pagar bienes y servicios de forma segura, sin barreras legales.
La norma prohíbe –a la vez– usar monedas digitales de banco central, uniéndose a disposiciones similares establecidas en otros estados, entre ellos Florida, Dakota del Sur, Utah, Carolina del Sur y Tennessee, donde hay medidas legislativas específicas que restringen a las CBDC.
La regulación también apoya el desarrollo de la minería de Bitcoin en áreas industriales, como vía para atraer inversiones y fortalecer la economía de Luisiana. Aunque se establecen estrictos controles sobre las empresas de minería que sean de propiedad extranjera.
Se trata de una serie de medidas que también fueron aprobadas por el gobernador Kevin Stitt en Oklahoma hace apenas un mes. Como informó CriptoNoticias en mayo pasado, el dirigente de ese estado, también republicano, promulgó la ley HB3594 que garantiza los derechos de los que participan en actividades con criptomonedas.
De esta forma, ambos estados se erigen como pioneros en la promulgación de leyes que respaldan a bitcoin, en un contexto donde el gobierno federal ha entablado una especie de guerra contra el sector.
Ha sido tal la experiencia del ecosistema bitcoiner durante el gobierno del demócrata Joe Biden, que el presidente y aspirante a la reelección (junto a muchos de sus funcionarios) se han ganado un puesto relevante como opositores a las criptomonedas.
Sin embargo, el panorama parece cambiar. El interés por bitcoin que ha mostrado gente de todo el mundo –y especialmente los estadounidenses–, junto a la proximidad de las elecciones presidenciales en EE. UU., ha puesto a los políticos a evaluar su postura.
El primer paso adelante lo dio Donald Trump, expresidente y ahora candidato republicano que, hasta hace poco, era conocido por su rechazo a la pionera de las monedas digitales.
Pero ahora, a la luz de las preferencias de los electores, Trump se presenta como un nuevo defensor de las criptomonedas y promete potenciar la adopción de bitcoin.
En consonancia con su reciente conversión, Trump se autodenomina como «cripto presidente» y hace pública su oposición a las CBDC, citando preocupaciones sobre la intervención del gobierno y el potencial aumento de la vigilancia.
Durante un discurso de campaña en enero, afirmó que «nunca permitiría la creación de una moneda digital del banco central» al considerar que otorgaría al gobierno «control absoluto» sobre el dinero de los ciudadanos.
Sus mensajes en apoyo al ecosistema también lo han llevado a pronunciarse a favor de los mineros de bitcoin, diciendo que establecerá normas que ayuden a que la actividad permanezca y sea favorable al país.
En términos generales, el discurso del exmandatario mantiene la misma línea de ideas de Landry y Stiff, los gobernadores republicanos que acaban de aprobar leyes pro-bitcoin.
Por ello, cabe pensar en las normas que entrarán en vigor a finales de este año en Luisiana y Oklahoma como un anticipo de las promesas que hace Trump, y que supuestamente pondrá en marcha de ser electo presidente en los venideros comicios de noviembre.