Estás sentado almorzando al aire libre y tu teléfono te dice que está demasiado caliente para funcionar.
¿Qué se supone que debes hacer sin poder entretenerte viendo las redes? ¿Te tocará hablar con quienes están contigo?
Pues quizás sí, pues el calor no solo afecta los cuerpos de las personas, sino también sus dispositivos electrónicos.
A diferencia de los humanos, los teléfonos no pueden sudar, lo cual es bueno para quienes los sostienen, pero no para su funcionamiento.
¿Por qué nuestros aparatos electrónicos sufren con el calor y qué podemos hacer al respecto?
Por qué
Así como a nosotros nos queda más difícil operar a la misma velocidad en un calor intenso, sucede algo similar para el procesador del teléfono, el chip interno que es responsable de sus funciones principales.
“Las cosas internas que realmente hacen que todo funcione, desafortunadamente, generan calor al funcionar”, explica Roz Wyatt-Millington, profesora titular de ingeniería electrónica y eléctrica en la Universidad Leeds Beckett.
“Y a medida que el dispositivo se calienta más para los teléfonos, el procesador intenta evitar el sobrecalentamiento y, como resultado, termina ralentizando todo”.
Roz dice que la electrónica generalmente está diseñada para funcionar hasta 35 °C (95F).
“Las baterías almacenan energía y están diseñadas para funcionar a ciertas temperaturas. Cuanto más se calientan, más duro tienen que trabajar y más energía usan”, señala.
Eso significa que la vida útil de la batería se agota más rápido, especialmente porque es más difícil de enfriar.
La experta dice que a menudo aumentamos el brillo de la pantalla cuando estamos afuera bajo el sol, lo que también puede tener un impacto.
“También usan energía para monitorear su propio estado y básicamente tienen que hacer más trabajo”.
Si haz notado un ligero cambio en su pantalla, el calor podría haber sido una razón.
“Si es un teléfono viejo y tiene un pequeño defecto, el calor lo magnificará”, dice Roz.
Y a diferencia de los protectores que usamos para nuestra piel, los protectores de pantalla a menudo hacen más daño pues pueden retener más calor en el interior, lo que no es bueno cuando el Sol arrecia.
Qué hacer
“Si hace mucho calor, cuando está cargando la batería está generando más calor. Cuando su dispositivo se ha estado cargando, termina estando más caliente”, dice Roz.
- Guárdalo inteligentemente
“Mantenerlo alejado de la luz solar directa ayuda. No lo dejes en tu automóvil, mantenlo a la sombra tanto como sea posible. Ponlo frente a un ventilador si puedes”.
Eso se aplica tanto al interior como al exterior del teléfono. Sácalo de un estuche y apaga todas las funciones que no necesites.
“Si no está usando el GPS, si no está usando cosas, apágalo. Porque mientras menos cosas use, menos energía usará y menos calor generará”, dice.
Cuanta menos energía uses, mejor será tu teléfono.
“A veces, simplemente, si tu teléfono realmente tiene problemas, apágalo durante unos minutos, deja que se enfríe y luego vuelve a encenderlo”.
- Pero no uses una nevera o un congelador…
“No lo metas en una bolsa de hielo, porque eso no ayuda”.
Los cambios rápidos de temperatura pueden ser realmente malos para los teléfonos, y el hielo puede hacer que el agua quede atrapada en él.
Roz dice que los teléfonos tienen mecanismos de sobrecalentamiento incorporados para evitar que “se destruyan a sí mismos, lo que puede suceder con un calor realmente fuerte”.
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