La sombra de los estereotipos que tenemos sobre otras culturas es alargada. No somos los únicos, por supuesto, pues también nosotros tenemos que recordar continuamente que no vamos todos vestidos de toreros por las calles, no dormimos la siesta tanto como nos gustaría y tampoco comemos exclusivamente paella acompañada de una buena sangría. Algunos dirán que estos estereotipos siempre se basan en hechos reales, por lo que es buena idea conocer la historia que suele venir detrás de ellos.
Y mientras que nosotros paseamos por la calle bailando sevillanas, en Irlanda los duendes, pelirrojos y vestidos de verde, recogen oro dentro de un caldero mientras fuman en pipa. Una escena digna de Tolkien que en realidad no es más que una desvirtuación en el imaginario colectivo de una fiesta conocida por todos: el día de San Patricio (o Lá Fhéile Pádraig).
La festividad, de origen cristiano, se celebra el 17 de marzo para conmemorar la muerte del que es patrón de toda la isla de irlanda. La diáspora irlandesa ha llevado, irremediablemente, a que sea famosa en el mundo entero y que no solo se celebre en la isla sino también en otras zonas alejadas como Estados Unidos, España o Canadá. Existen muchas especulaciones sobre la vida de este santo, y a veces es difícil separar la leyenda y la ficción de la realidad.
¿Quién fue San Patricio y por qué se celebra su día?
Nacido en Gran Bretaña (con el nombre de Patricius) en el 385 aproximadamente, con 16 años fue llevado cautivo a Irlanda cuando unos piratas lo apresaron y posteriormente vendieron como esclavo en la isla. Más adelante, decidió seguir el camino del sacerdocio y llegó a convertirse en Obispo.
Intentó convertir a los irlandeses al catolicismo, pero no era tarea sencilla y para que su voz se propagase por la isla optaba por utilizar un lenguaje sencillo que pudiera llegar a todo el mundo: el trébol le sirvió para explicar la Trinidad y también fusionó la cultura irlandesa con la religión de Cristo, introduciendo otros símbolos como las hogueras en Pascua o las cruces.
Pese a la popularidad de San Patricio, muchos advierten que podría tratarse de un simple mito o que incluso su figura es la mezcla de dos personas
De nuevo, algunos expertos advierten que podría tratarse de simples mitos, pues, por ejemplo, la hazaña legendaria que se le atribuye de que libró a la isla de serpientes es poco probable, teniendo en cuenta que en Irlanda nunca hubo serpientes. El académico T.F. O’Rahilly tiene la teoría de que en realidad se trata de dos personas diferentes y una de ellas fue Paladio, el primer Obispo de los cristianos en Irlanda y anterior al san Patricio que se supone. Sea como fuere, para los irlandeses es su patrón y siguen celebrando su día en ese 17 de marzo.
La tradición
La tradición ha llevado a que, en honor del trébol que forma parte de su simbología, se atribuya el color verde a la figura de san Patricio (y por consiguiente a la isla). Además de servirle para explicar el concepto de la Santísima Trinidad, la planta ya formaba parte de la iconografía irlandesa porque simbolizaba el renacimiento de la primavera. Según ‘Time’, los ciudadanos más pobres comenzaron a usarlo en las ceremonias de la iglesia el día de San Patricio para verse bien, y los inmigrantes irlandeses que se mudaron a Estados Unidos llevaron el símbolo consigo como manera de rendir homenaje a su herencia.
El primer desfile registrado en honor a la fiesta no se llevó a cabo en Irlanda sino en lo que hoy es San Agustín, Florida. El verde vendría por el trébol, que le sirvió a San Patricio para explicar la Trinidad
Sorprendentemente, el primer desfile registrado en honor a la fiesta no se llevó a cabo en Irlanda sino en lo que hoy es San Agustín, Florida. Informa ‘History’ que el 17 de marzo de 1601 se llevó a cabo un desfile del Día de San Patricio en una colonia española bajo la dirección del vicario irlandés de la colonia, Ricardo Artur. Más de un siglo después, los soldados irlandeses nostálgicos que servían en el ejército inglés marcharon en Boston en 1737 y en la ciudad de Nueva York en marzo de 1762.
No solo el trébol, el duende vestido de verde con su barba rojiza (que en realidad proviene de los pueblos germanos), que peregrinaba y llegaba al otro lado del arcoíris, como los irlandeses huyeron de la hambruna y llegaron a la tierra de las oportunidades, también está muy presente en la fiesta. Originalmente, los duendes vestían de rojo, pero a principios de la década de 1900 comenzaron a lucir de verde gracias en parte a ‘The Leprechaun’, un poema popular de William Allingham en el que el personaje principal viste de verde. Los duendes a menudo se representan con una olla de oro y es costumbre que los niños jueguen a intentar atraparlos.
E incluso si no hubiera duendes, la música juega un papel fundamental en la celebración del día de San Patricio, mientras las bandas tocan y la gente baila puedes emborracharte en algún pub mientras pellizcas a alguien por no ir vestido de verde. A partir de los años 80 (antes las autoridades eran inflexibles), este día se convirtió en uno de los más emblemáticos para beber. Y ya que todo se tiñe verde la cerveza no iba a ser menos: gracias al forense Thomas Hayes, de Nueva York, que decidió mezclar una serie de colorantes azules con la bebida, también puedes probar cerveza del color característico de la isla. Si te atreves, claro.
Cuidado con no vestir de verde o te lloverán los pellizcos. En Chicago se ha llegado a teñir el río de ese color e incluso se puede beber cerveza con colorante
En cuanto a lo de los pellizcos, según explica ‘The Independent’, la broma la sufren aquellos que no van vestidos del color característico de la isla. Todo proviene de una extraña leyenda que asegura que solo aquellos vestidos de verde son invisibles para los duendes. El resto, sin embargo, está a merced de las bromas más traviesas. Mejor ponerse un sombrero, por si acaso.
Además de ciudades como Chicago (donde se ha llegado a teñir el río de verde para sorprender a los ciudadanos) o Nueva York, en Irlanda, lógicamente, también se celebran desfiles, en zonas como Dublín o Belfast, con mucha música irlandesa (puedes cruzarte con U2 o The Dubliners, y será irremediable escuchar ‘I’m shipping up to Boston’ de DKM, que se formó en los 90 en los barrios de trabajadores inmigrantes irlandeses de Boston) encontrarás mucha gente vestida de verde, blanco y naranja para combinar con la bandera.
Aunque, a estas alturas y gracias a los milagros de la globalización puedes ver desfiles hasta en Japón. O, por lo menos, así era hasta la llegada del coronavirus.
I’m in Tokyo, Japan for St. Patrick’s Day 2019, where they go all out on both sides of Omotesando Avenue in Harajuku. It’s a party to celebrate Ireland on an island as far from Ireland as it’s possible to be. #Tokyo #東京 #StPatricksDay #セントパトリックスデー #GlobalGreening pic.twitter.com/xP7lXDVHZP
— Cahir O’Doherty (@randomirish) March 17, 2019
Y como última curiosidad, seguro que en más de una ocasión has oído aquello de “bésame, soy irlandés”. La frase es una referencia a la Piedra de Blarney (o de la elocuencia), localizada en Cork, Irlanda. Supuestamente, besar esta piedra trae buena suerte, pero si no es posible llegar hasta ella siempre se puede intentar con una persona. Será mucho mejor que recibir un pellizco, claro.
La sombra de los estereotipos que tenemos sobre otras culturas es alargada. No somos los únicos, por supuesto, pues también nosotros tenemos que recordar continuamente que no vamos todos vestidos de toreros por las calles, no dormimos la siesta tanto como nos gustaría y tampoco comemos exclusivamente paella acompañada de una buena sangría. Algunos dirán que estos estereotipos siempre se basan en hechos reales, por lo que es buena idea conocer la historia que suele venir detrás de ellos.