Google ha lanzado una advertencia donde afirma que, si usas Gmail, debes cambiar tu contraseña cuanto antes. El aviso llega tras un ciberataque a Salesforce que expuso datos de millones de usuarios y que ahora se utilizan en campañas de phishing diseñadas para engañarte.
Según Forbes, aunque las contraseñas no se filtraron directamente, la información robada hace que los intentos de suplantación sean mucho más creíbles. Correos electrónicos y llamadas de supuestos técnicos de Google forman parte de la estrategia de los ciberdelincuentes.
Es por esta razón que en las últimas semanas los intentos de intrusión se han multiplicado y en muchos casos han terminado con cuentas vulneradas. Por esta razón, es muy importante que actuales cuanto antes y actualices la contraseña de tu cuenta de Gmail.
Contraseñas débiles, el verdadero problema
El aviso de Google pone el foco en un punto crítico, que es la gestión de las contraseñas. Y es que apenas un 36 % de los usuarios renueva sus credenciales con frecuencia y muchos siguen utilizando combinaciones previsibles o las mismas claves en distintos servicios.
Este hábito convierte cualquier filtración en un riesgo mayor, incluso la autenticación en dos pasos basada en SMS, que durante años se consideró un refuerzo suficiente, hoy en día ya no garantiza seguridad frente a ciberataques que logran interceptar los códigos.
Lo más preocupante de todo es que, gracias a las últimas tecnologías, los piratas informáticos han perfeccionado sus métodos. Por ejemplo, el phishing apoyado en inteligencia artificial genera mensajes difíciles de diferenciar de los originales.
También recurren a llamadas telefónicas en las que se presentan como personal de soporte de Google, con el objetivo de que reveles tu contraseña o datos adicionales. Buscan tus contactos, tus datos bancarios, tus claves de acceso y cualquier información útil para expandir el ataque.
Cómo reforzar tu seguridad en Gmail
Google recomienda actuar de inmediato, y lo primero es cambiar la contraseña por una nueva, única y robusta. Después, activar la verificación en dos pasos, pero no a través de SMS, sino mediante una aplicación dedicada de autenticación.
El paso más seguro es configurar una clave de acceso y establecerla como método principal de inicio de sesión, reduciendo la dependencia de contraseñas tradicionales.
La compañía insiste también en adoptar hábitos básicos de autoprotección, como no hacer clic en enlaces recibidos por correo o mensajes, abrir siempre Gmail desde la app oficial o la web, revisar periódicamente la actividad de la cuenta, así como desconfiar cualquier advertencia sospechosa.
En este escenario, la seguridad no depende solo de las herramientas, sino de tu actitud frente a los intentos de fraude, sobre todo ahora que las contraseñas por sí solas ya no bastan.
El crecimiento del 147 % en casos de spyware y la sofisticación de las técnicas de suplantación de identidad demuestran que los hackers van un paso por delante. Por eso, Google empuja hacia sistemas más sólidos, como la verificación múltiple y las claves de acceso.
Los riesgos de no actuar a tiempo
Ignorar la advertencia de Google implica exponerte a un abanico de riesgos serios. El primero es el robo de datos personales: tus mensajes, fotos y contactos pueden acabar en la dark web o en manos de delincuentes que no dudan en usarlos para chantajear o suplantar tu identidad.
El segundo riesgo es financiero, ya que si los atacantes roban tus datos bancarios o contraseñas de servicios de pago, pueden realizar compras no autorizadas o incluso vaciar cuentas. Las pérdidas económicas son una de las consecuencias más inmediatas de este tipo de ataques.
El tercer peligro afecta a tu propia seguridad física. Muchos programas espía utilizan el GPS del móvil para rastrear tu ubicación en tiempo real, lo que abre un escenario inquietante, donde alguien puede saber dónde estás en cada momento sin que lo sepas.
Finalmente, está el riesgo de que tus contactos se vean implicados. Una vez dentro de tu cuenta, los atacantes pueden enviar mensajes falsos desde tu dirección para propagar nuevas campañas de phishing. Esto convierte a tu entorno en objetivo, ampliando el alcance del ataque.
No debes olvidar que tu cuenta de Gmail concentra más información de la que imaginas, como correos personales y profesionales, facturas, accesos a otros servicios e incluso datos bancarios, entre otros.
Perder el control sobre ello no significa solo un fallo técnico, sino abrir la puerta a que terceros accedan a tu vida digital. Cambiar la contraseña es el primer paso, pero lo realmente importante es reforzar tu seguridad con claves de acceso, verificación múltiple y hábitos de precaución.
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