Debido a las circunstancias socioeconómicas actuales y a la incertidumbre de lo que pueda pasar con nuestro trabajo, los impuestos o la inflación, es conveniente ahorrar mes a mes.
Existen multitud de métodos que podemos utilizar para ahorrar y no solo llegar a final de mes, sino también asegurarnos que, cuando nos jubilemos, tengamos el dinero suficiente ahorrado como para tener una vida digna.
No obstante, la mayoría de los economistas recomiendan que debemos intentar ahorrar, al menos, el 25 % de lo que ganemos todos los meses, algo que deberíamos empezar a llevar a rajatabla a partir de los 25 años.
Pero también existe la llamada Fórmula Greene, que básicamente nos dice cuánto hay que ahorrar y a qué ritmo para asegurarnos una buena jubilación, y se tienen en cuenta dos variables: el salario bruto anual y la edad de la persona. Para ello, los economistas ofrecen una serie de recomendaciones de dinero ahorrado para cuando lleguemos a una determinada edad.
Así que el método o Fórmula Greene nos pone sobre la mesa un primer objetivo: debemos llegar a los 30 años de edad habiendo ahorrado el equivalente a un sueldo anual. De esta forma, debemos tener bien ahorrado en el banco el equivalente a lo que ganemos anualmente a esa edad.
El segundo escalón de este método afirma que hay que adoptar un ritmo de ahorro lo más constante posible, pudiendo ahorrar ese mencionado 25 % todos los meses respecto a lo que ganemos.
El tercer escalón es que cada cinco años hay que ahorrar al menos un salario anual bruto.
Lo que debemos tener ahorrado cuando nos jubilemos
De esta manera, si a los mencionados 30 años teníamos que tener ahorrado el equivalente a un sueldo anual, al llegar a los 35 años, deberías tener ahorrado el doble de nuestro salario anual y al llegar a los 40 años, deberíamos contar con unos ahorros equivalentes al triple del salario.
Siguiendo de forma sucesiva cada cinco años, al llegar a los 45 años, deberíamos tener ahorrado el cuádruple de nuestro sueldo anual y al llegar a los 50 años el quíntuple de nuestro salario anual.
Así que cuando llegue nuestra edad de jubilación a los 65 años aproximadamente, deberíamos tener al menos el equivalente a ocho salarios anuales brutos, bien ahorrados.
No es un método infalible, evidentemente, pero se trata de una fórmula flexible, al mismo tiempo que nos permite, cada cinco años, gestionar lo que tenemos ahorrado para saber si vamos por el camino correcto o tomar otro tipo de decisiones.