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Desde los tiempos de la Roma Antigua hasta la actualidad, las monedas han servido no solo como un medio de intercambio, sino como un reflejo del poder y la identidad cultural de las civilizaciones. Dos de ellas, el denario romano y la peseta española, pertenecen a periodos históricos distintos, pero comparten sorprendentes similitudes en ciertos aspectos de su diseño.
A pesar de que el denario surgió en la antigua Roma en el siglo II a.C. y la peseta fue la moneda oficial de España desde 1869 hasta la llegada del euro en 2002, las conexiones entre ambas van más allá de su uso como dinero. La primera de ellas fue una de las más icónicas del Imperio Romano. El mandatario Adriano logró expandir significativamente su territorio y, durante sus numerosos viajes a las diferentes provincias, solía acuñar piezas conmemorativas de cada región que visitaba.
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El Confidencial
Emitida por primera vez alrededor del año 123 d.C., esta moneda de plata sirvió como recordatorio del viaje del emperador a Hispania. Su diseño presenta una figura femenina con larga túnica, reclinada hacia la izquierda sobre unas rocas y sosteniendo una rama de olivo en su mano derecha. Su valor equivalía a 10 de las acuñadas en cobre de la época, lo que le otorgó su característico nombre.
Representación de Hispania
Por otro lado, la peseta es una moneda mucho más moderna, introducida oficialmente en España durante el reinado de Isabel II y adoptada como unidad económica hasta la introducción del euro en 2002. Como el denario, pasó por diversos cambios en su diseño, reflejando eventos y personajes históricos relevantes, por ejemplo, con el cambio de los términos “Gobierno provisional” a “España” en su acuñación.
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Miguel Núñez
Una de las similitudes más interesantes entre ambas monedas es precisamente el diseño del anverso, con la personificación de Hispania recostada sobre los Pirineos y una rama de olivo en su mano extendida. En la cabeza lleva una corona mural representada con la forma de murallas y torreones intercalados. Además, las imágenes de poder y autoridad son otro elemento común. El denario presenta frecuentemente el retrato del emperador y, en el caso de la peseta, figuras emblemáticas como el Rey Juan Carlos I o símbolos del Estado también decoraron sus caras.
A pesar de estas similitudes, existen diferencias obvias, como el contexto histórico y la longevidad de las dos monedas. Mientras que el denario fue testigo del auge y caída del Imperio Romano, la peseta vivió un periodo mucho más reciente, que incluyó guerras mundiales, la dictadura de Franco y la posterior transición a la democracia en España. Sin embargo, la influencia de ambas monedas en sus respectivas sociedades y modelos económicos es innegable.