Con la llegada de la música en formato digital y las plataformas de contenidos en streaming, dejaron de tener interés las cintas de cassette y los compact-disc, soportes físicos que ya nada tienen que ver con lo que se emplea hoy en día para escuchar música, tanto en términos de calidad como almacenamiento.
A pesar de que hoy es mucho más cómodo escuchar música desde nuestros smartphones y, en consecuencia, dejar de lado los reproductores físicos, como los walkman, que ya han dejado de fabricarse, hay usuarios que siguen siendo fieles a un formato ya considerado vintage.
Porque sí, al igual que los vinilos han experimentado un han resurgido, gracias a que grandes y pequeños artistas han conocido las bondades de este formato (y lo que ganan con admiradores y coleccionistas) y algunos sellos han hecho lo posible por dar continuidad a artistas clásicos, como es el caso de Third Man Records, también lo han hecho los cassettes.
Para los más jóvenes, conviene recordar que los cassettes eran cintas con un formato de grabación en cinta magnética que gozaron de gran popularidad hace décadas. Concretamente, entre 1970 y 1990, aunque se mantuvieron ya entrados los 2000.
Están formados por dos carretes entre los cuales se pasa una cinta magnética y, todo ello, está cubierto por dos carcasas protectoras de plástico, que se puede reproducir por ambas caras, la A y la B. Debido a este sistema, era habitual que la cinta se enrollara, para lo que era habitual emplear un bolígrafo, para rebobinar la o las canciones que contuviera la comentada cinta.
Música que no es para siempre si no la conservas bien
Los cassettes no se fabricaron para ser un medio a largo plazo. Eran portátiles como los CD posteriores, pero, a diferencia de éstos, que aún hoy están reconocidos como uno de los medios más duraderos para escuchar música, las cintas son mucho más delicadas.
Esto significa que, aunque estén protegidas con las comentadas carcasas de plástico selladas, sus partículas magnéticas pierden su alineación con el tiempo y la calidad de la grabación de deteriora, tal y como recuerda el medio especializado How To Geek.
De esta manera, las cintas de cassette pueden fallar de muchas maneras, aunque una de las causas más graves se corresponde con la rotura de la carpeta o el conocido como síndrome de desprendimiento pegajoso.
Antes de conocer este fenómeno, cabe recordar que todas estas cintas vienen con aglutinante, que es el adhesivo que une la capa magnética a su soporte de plástico y que se puede romper fácilmente, debido a que algunas fórmulas absorben demasiada humedad con el tiempo. Debido a eso, se separan del sistema e inutilizan la cinta.
Esto es solo una muestra de cómo envejece este soporte, de manera que, si eres un nostálgico o una nostálgica de este formato o, simplemente, quieres conservar algunas de las cintas que grabaste en el pasado, conviene tener en cuenta cómo han de almacenarse estos cassettes.
Ni frío ni calor
A los cassettes no les gusta nada ni el frío ni el calor, de manera que es necesario alejarlos de temperaturas extremas, debido a que el calor excesivo puede acelerar a la descomposición física, mientras que el frío contribuye a la humedad y, en consecuencia, a la proliferación de moho.
El polvo también es muy traicionero, debido a que se puede filtrar en los carretes, mientras que la exposición directa a la luz ultravioleta los puede desteñir y deformar. Por ese motivo, como los alimentos, la tecnología exige que se guarde en un lugar fresco y seco.
Conviene apuntar, por otra parte, que para que los cassettes se mantengan vivos años y años también es importante utilizarlos de la manera correcta, ya que las cintas también se desgastan por su uso. Esto significa que, para conservarlos, también es necesario un mantenimiento mínimo del equipo en el que se vaya a reproducir.
De todos modos, debido a que los fabricantes de tecnología ya han abandonado este formato y se ha descontinuado su soporte, lo más recomendable es digitalizar estas cintas y almacenarlas en la nube, en un disco duro externo o de manera local en el ordenador. Y si hay una copia del material en cada uno de estos tres formatos, mucho mejor.
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